La probabilidad de que la tele
dedique su tiempo a explicar la bajísima probabilidad que hay de que nos toque
el gordo en el sorteo de la Lotería de Navidad es tan baja que es más baja que
la probabilidad de que nos toque el gordo. O sea, que tienes que ver y ver y
ver la tele durante horas y horas y horas en las que tragas ilusión, anuncios,
ilusión, reportajes, ilusión, más anuncios y más ilusión hasta que, un día,
además de las habituales noticias sobre la preparación de los bombos, la
preparación de las bolas, la preparación de los niños de san Ildefonso, la
preparación de las unidades móviles y personal técnico de la cadena, y la
preparación de los presentadores que retransmitirán el acontecimiento, te
encuentres con una excepcional noticia en la que explican la bajísima
probabilidad que hay de que nos toque el gordo. Si, como me ocurrió a mí en un
“Telediario” de esta semana, tú también has visto esa noticia, estás de
enhorabuena, ¡te ha tocado el gordo!
La noticia habla de una
iniciativa de la Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas que sale a la
calle con una mesa plegable y 2,7 kilos de arroz a ayudar a los transeúntes a
visualizar lo poco probable que es que nos toque el gordo: es como meter la
mano en esa saca con cien mil granos de arroz y sacar uno en concreto teñido de
rojo. La probabilidad de acertar la Primitiva es menor aún, de uno entre 13
millones, y requetemenor en el Euromillón, que es uno entre 113 millones. Para
estas cifras, los profes de matemáticas de la mesa plegable y más valor que el Mío Cid ya no traen arroz porque se
saldrían del presupuesto.
Hoy es 22 de diciembre. ¿Ya
terminó el sorteo? Pongamos la tele. La probabilidad de no ver a alguien
exultante explicando su truco para acertar basado en amuletos, talismanes,
rituales, pálpitos, sueños, intuiciones, coincidencias y corazonadas es tan
baja que es más baja que la probabilidad de que nos haya tocado el gordo.
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