La periodista Berta Collado (“Amigas y conocidas”, en
La 1) debería pedir perdón a sus profesores y a todos los periodistas por la
vergüenza que pasaron viéndola anteayer en la gala “Inocente, inocente”. Lo de Ana Obregón es peor. Con pedir perdón
no basta. El Ministerio de Educación debería desmentir oficialmente que esta
señora sea bióloga para evitar que los biólogos huyan abochornados del país y
los estudiantes abandonen unos estudios inútiles.
Son las consecuencias de la
última gala “Inocente, inocente”, donde la buena intención no se discute, pero
el resultado es cruel. Vale que el patinador Javier Fernández crea que asiste al descubrimiento de un Picasso
detrás de un cuadro de una galería de arte; y que el presidente del Atlético de
Madrid, Enrique Cerezo, crea que un
pastor pretende atravesar su campo con un rebaño de ovejas “chuminas” —mitad
churras, mitad merinas—. Entra dentro de lo posible. También se disculpa que El Arrebato (cantautor) y Cecilia Gómez (bailaora) piquen en las
mismas bromas que gastaron a Collado y Obregón. Pero nada más.
Por mucha palabrería
pseudocientífica que se use, ningún bachiller —y menos un universitario— se
puede tragar como Collado que tres científicos trabajan haciendo una máquina
del tiempo y en un experimento improvisado se traen a Cervantes al presente sin querer. Y ningún bachiller —y menos un
universitario, muchísimo menos si es biólogo— puede reaccionar como Obregón ante
la caída de meteorito a su lado.
Obregón no paraba de grabarse con
el móvil y chillar incongruencias alrededor de un “cráter” hecho con un
volquete de arena que no hubiera recibido el visto bueno ni de Íker Jiménez. Llegó un “científico” vestido
de montañero y sobre la marcha tomó de su interior una muestra de “material
biológico” que guardó con exquisita asepsia ¡en una bolsa transparente con
cierre zip! ¡La primera prueba de vida extraterrestre, la mayor noticia de la
historia de la humanidad, y Obregón venga a hacerse vídeos repitiendo lo
nerviosa que está porque hubo mucho ruido! Autoridades educativas, rectores,
ministro, como ella dijo al ver el “cráter”: “Es espantoso, por favor, ‘hacer’ algo”.
ResponderEliminarSi te crees que la Collado y cía se han tragado estas bromas igual el que debería pedir perdón eres tú, por pardillo. Cualquiera con 2 dedos de frente sabe de la existencia de estos teatrillos y todo por el bien de los niños pero oye, tú a lo tuyo, campeón.
El periodista Manolo Lama sí se dio cuenta de que estaba siendo objeto de una broma. Y lo dijo. Será, entonces, que es el único tipo honrado en todo el programa que no cree que el fin, aunque sean niños malitos, justifica los medios.
ResponderEliminarSi los demás lo creen y hacen el paripé, solo empeoran las cosas, pero la apología de la ignorancia que aquí se trata sigue incólume y sigue dando vergüenza. Así que siguen siendo ellos quienes tienen que pedir perdón.
Gracias por tu aportación, Silvia, y cuando tu sentido arácnido te avise de algún teatrillo más (que no sea en Telecinco, que está muy visto) avisa, porfa, que podemos hacer una porra.
Yo no creo que sea teatrillo, desde luego. Nunca he visto ese programa (¡dios me libre!) pero, conociendo el percal, estoy convencido de que se lo han tragado... pero, vamos, todito. Sobre todo la Obregón, que cada vez que abre la boca hace bueno aquel dicho de "más vale estar callado y parecer tonto que abrir la boca y despejar las dudas".
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