Defraudemos a Hacienda. La gente
bien lo hace. La gente bien forrada, quiero decir.
Hay otras cosas que no son
defraudar a Hacienda que pueden tener su cosa y hasta ser entretenidas, como
cocinar, cantar, bailar, saltar a una piscina o forjar a fuego, pero donde esté
defraudar que se quite lo demás. La tele debería entenderlo y ponerse al día.
Habría que actualizar esos concursitos ridículamente intensos e innecesariamente
largos que nos quieren entretener y emocionar con fruslerías. Puestos a
vendernos la pamplina esa del trabajo, el esfuerzo, la superación y todo por un
sueño, deberían dejarse de pijaditas y centrarse en defraudar a Hacienda. Un ‘talent show’ en hora de máxima
audiencia con concursantes pizpiretos, escenografía, jurado, nominados, ensayos,
pruebas en directo, expulsiones y famosos defraudadores invitados en el plató dando
consejos desde la indiscutible autoridad que proporciona su experiencia, desde la
elevada atalaya que confiere una bajeza moral sin sombra de remordimiento.
Abandonemos este empecinamiento
televisivo por enseñarnos a proyectar la voz y reducir una salsa. El máster en
el que queremos ser chefs, la operación que nos lleve al triunfo pasa por quitarnos
la venda y manejarnos con soltura entre sociedades pantalla, testaferros,
fraudes, estafas, amnistías fiscales, corrupción política, sector ‘offshore’, ingeniería
financiera, paraísos fiscales, contabilidad creativa, entramados societarios, ‘trusts’,
fundaciones de interés privado, secretismo, complicidad política, evasión, elusión
y optimización fiscal. Por empezar por algo, reconocerán que lo de “elusión y optimización
fiscal” suena como los ángeles.
Defraudemos a Hacienda como hace
la realeza, la clase política, los empresarios, los deportistas, los artistas.
Seamos como ellos. Seamos como toda esta gente hecha de otra pasta,
concretamente de mucha. Seamos como la gente bien, esa gente que vive bien y
nos deslumbra y está encantada de deslumbrarnos y de vivir bien y de ser gente
bien. Si esto se va a la mierda, viajemos todos en primera.
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