Hay periodistas deportivos. Hay periodistas de guerra, de sucesos, de información cultural. Algunos periodistas se especializan en información económica o internacional. Incluso existen periodistas que se especializan en divulgación científica, en información meteorológica o en el mundo del corazón. Samanta Villar es una periodista especializada en Samanta Villar. ¿Autoespecialización? Llamémoslo así. ¿Idiocia? Bueno, es un término psiquiátrico más clásico. Lo reconoce sin problemas: “¿por qué el periodista no puede ser el protagonista?” (fin de la cita). Ya lo hizo en “21 días”, luego en “Conexión Samanta” y ahora lo hace en “Samanta y…”.
Soy incapaz de imaginar qué siente esa mujer cuando se mira al espejo y tengo mis dudas acerca de cómo ha de ser la convivencia con ella. Entiéndase: cuando Samanta aborda en sus espacios el porno, las sectas o el cannabis, el tema de sus reportajes no es el porno, las sectas o el cannabis, sino Samanta en el mundo del porno, Samanta en el mundo de las sectas y Samanta en el mundo del cannabis. Su nueva entrega ha resultado polémica debido a sus afirmaciones sobre la maternidad. Ella asegura que tan sólo está contando su experiencia personal y diciendo eso cree que defiende el interés del nuevo estreno de Cuatro.
Para un periodista tiene ventajas especializarse en uno mismo. Se disfruta de un acceso privilegiado a los datos, no se requiere de fuentes externas, se conoce de primera mano el tema sobre el que se escribe. Es difícil que el entrevistado mienta al entrevistador. No hace falta contrastar la información… Pero tiene una levísima desventaja, un mínimo detalle que ensombrece el resultado final: que no le importa una mierda seca a absolutamente nadie al que le importe el periodismo de verdad. Al menos, que no me importa una mierda seca a mí. Pero que nadie se moleste: tan sólo estoy contando mi experiencia personal con “Samanta y…” y diciendo eso creo que defiendo el interés de esta columna. ¿No es razonable autoespecializarse para hablar del periodismo autoespecializado? Qué difícil contener el bostezo...
2 comentarios:
Es justo y necesario... irse a dormir
Es justo y necesario... irse a dormir
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