Los matemáticos que estudian la teoría del caos han dejado de usar como ejemplo de partida la relación entre el batir de alas de una mariposa en Brasil y la aparición de un tornado en Texas. Ahora la historia que ilustra la naturaleza del caos en el que vivimos sumidos es la que relaciona el voto de una votante de Girona en unas elecciones autonómicas con la desaparición de “Los Simpsons” de la programación de sobremesa de Antena 3.
Más o menos, el relato de las divergencias exponenciales que estructuran este sistema es como sigue: una mañana electoral una catalana recibe la llamada de una antigua amiga. Se citan para tomar un café y recordar viejos tiempos. Así, la mujer se entera de que una compañera de colegio se presenta en las listas de la CUP. Aunque no tenía pensado votar, al volver a casa y pasar delante de su colegio electoral, se asoma y finalmente vota por la lista en la que figura su compañera. La CUP consigue un escaño por pocos votos de diferencia en Girona. La aritmética electoral hace que ese diputado de la CUP sea decisivo para forjar la alianza que permitirá gobernar a Junts Pel Sí. La CUP impone precipitar la independencia para apoyar al gobierno de Puigdemont. Se viene con ello la mayor crisis institucional de la democracia española, una crisis de larguísima duración y consecuencias imprevisibles. Las cadenas de televisión aumentan el tiempo de sus informativos. Antena 3 incrementa en media hora la mesa de actualidad política de “Espejo público”, eso empuja toda la programación matinal media hora hacia adelante y hace que se suprima el capítulo diario de “Los Simpsons” a las dos y media.
Todo tiene que ver con todo. Todo es asunto de todos. Todo es causa y efecto en una red tupidísima de causas y azares que nos atraviesa. Una mariposa sale volando en Bellpuig cuando se mueve la silla de una terraza en la que se posaba y una madre de Toledo no puede usar a “Los Simpsons” como premio cada vez que su hijo come las espinacas. Nada se autodetermina.
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