Maruja Torres es medicinal. Es un tónico que debería ser fabricado por los laboratorios farmacéuticos y dispensarse en la Seguridad Social para un sinfín de afecciones. ¿Te sientes deprimido, pero tampoco quieres instalarte en la felicidad de Mister Wonderful? La solución es Maruja Torres. ¿No entiendes nada de lo que está pasando a tu alrededor y estás empezando a temer que seas tú y no el mundo el que se está volviendo loco? Tómate diariamente una dosis de Maruja Torres. ¿Estás dejando que lentamente decaigan tus iniciativas y tus ganas de comerte la vida porque crees que a partir de cierta edad uno ya tiene que echarse a un lado? Puf, ten mucho cuidado, ése es un mal que puede ir dando paso a problemas mucho mayores. Acuérdate de leer en ayunas todos los días algunas de las columnas que Maruja Torres escribió durante los muchos años en los que fue -es- la mejor periodista de España.
Y, sobre todo, ¿estás perdiendo la esperanza? Así, en general, sin más. ¿Sí? Pues entonces busca en youtube la entrevista que el pasado lunes le hizo Andreu Buenafuente a Maruja Torres en su “Late motiv” y disfruta cada segundo de la mejor Maruja que hemos visto en mucho tiempo. Ácida, rápida, desinhibida, orgullosa, noble, valiente. Completamente incapaz de no comprometerse hasta las tripas. Desprovista de toda vanidad, ella, que lleva a sus espaldas el conmovedor legado de ser la última de un grupo irrepetible de escritores libres y apasionados; ella, que podría narrar historias de guerra vividas en varios continentes libreta en mano que cerrarían la boca de todos los snobs intensitos y mezquinos que nos matan de aburrimiento con sus pamplinas. Uno de los escasísimos motivos para el optimismo que posee la izquierda española.
Para los males individuales, Maruja en sobres monodosis. Para los males sociales, Maruja entrevistada periódicamente en nuestra televisión. Mientras Maruja Torres siga esquivando etiquetas para pegarse el gustazo de pensar en libertad, todavía el pronóstico no es desesperado.
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