Pregunta: ¿Cómo es posible que TVE no haya alterado prácticamente su programación a lo largo de estos días, y que, mientras estaban ocurriendo sucesos gravísimos de relevancia histórica, los espectadores de la televisión pública se encontrasen en su cadena principal con documentales sobre la reproducción de los calamares o programas de variedades? Respuesta: Pues porque es responsabilidad de la televisión pública contribuir a no extremar más la situación y a no transmitir a los espectadores una sensación de excepcionalidad que justamente es la que quieren crear los separatistas. Todo está controlado, nada grave está pasando y la televisión pública prosigue con normalidad contra el criterio de otras cadenas que se dedican veinticuatro horas al día a informar sobre el desafío independentista.
Pregunta: Entonces, si la situación no es tan grave, ¿por qué alteraron su programación del martes pasado para emitir por todas las cadenas el mensaje del rey Felipe VI? Respuesta: Pues porque la excepcionalidad de la medida estaba justificada ya que España está sufriendo la crisis nacional más grave de los últimos cuarenta años y la televisión pública no puede dar la espalda al importantísimo papel que puede desempeñar en semejante lance. Qué menos que ponerse a total disposición de la Corona y la Jefatura del Estado para difundir sus mensajes.
Pregunta: Entonces, si la situación sí es tan grave, ¿por qué emitieron a continuación “Masterchef Celebrity” mientras otras cadenas hacían especiales sobre el problema catalán? ¿Por qué los mejores debates, la mejor información, las mejores entrevistas, los mejores directos, los está ofreciendo la televisión privada y no la televisión pública? Respuesta: Insistimos en dar sensación de tranquilidad y normalidad. Alterar nuestra programación sería un éxito más de los que intenta apuntarse el independentismo.
Pregunta: Ustedes se piensan que nosotros somos tontos del culo, ¿no? Respuesta: Bueno, sí, un poquito…
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