8/10/17

FOGONES LEJANOS


Fernando Tejero habla mal de “MasterChef Celebrity”. “La mitad de lo que pasa ahí es mentira”, dice este exconcursante ahora que ve los fogones lejanos. Solo lo hace porque es un mal perdedor y no soporta su derrota en la primera edición después de aguantar la tortura hasta el final. O porque es un vendido y da la espalda a La 1 para beneficiar a Telecinco, que acaba de estrenar una nueva temporada de su serie, “La que se avecina”. O porque es muy mala persona y su alma negra y retorcida no necesita ninguna razón en especial para disfrutar mordiendo la mano de un concurso que le dio de comer a cambio de que también él diera de comer. Sea como sea, algún motivo muy gordo debe haber para que Tejero haga tan grave acusación contra “MasterChef”.

¿Cómo que la mitad de lo que pasa ahí es mentira? Qué barbaridad. Eso no se lo traga nadie. Ni aunque lo jure un tipo que conoce las tripas del programa. ¡La mitad, dice! ¿Cómo lo vamos a creer si la única manera de entender semejante glorificación televisiva de la hipertrofia culinaria en la que todo resulta desmedido, desproporcionado y excesivo es que, no la mitad, sino todito el programa sea, de principio a fin, un montaje desmedido, un teatro desproporcionado, una mentira excesiva?

Solo así se justificaría el endiosamiento de la gastronomía, el mal gusto que supone limitar la vida al buen gusto, y, sobre todo, el perfil de los jueces pedantes, ridículos e insoportables del espacio. Estos personajes no pueden tener la mitad de verdad ni de coña. Tienen que estar actuando por narices. Solo un ejemplo: en su estreno, un borde Jordi Cruz soltó esto a Anabel Alonso con tono de matón: “Aquí, en ‘Masterchef’, queremos ver tu guasa, sí, pero cuidado con reírte de mi oficio”. No fastidies, Tejero; no es creíble que Cruz sea tan macarra. Por muy sobrado que vaya no puede pretender que los límites del humor no estén en la monarquía, la religión o las instituciones, sino en el oficio de cocinero. Que la comida rica está rica es cierto, pero la civilización no puede haber acabado en esto.

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