Vete a la hez. Si tienes una
responsabilidad, asúmela. Si no quieres asumirla, dimite, lárgate con viento
fresco y déjanos en paz. Lo que no puede ser es que tus intrigas nos tengan con
esta intriga. Hartitos nos tienes de que te muevas en esa estudiada
indefinición y nos tengas sin saber a qué demonios hemos de atenernos
catalanes, españoles y viceversa. Coño, tío, que estás ahí para hacer tu
trabajo, para cumplir tus obligaciones, para ser claro y que así podamos saber
qué demonios pasa. Entérate, tu puesto de trabajo no es para ti, sino que tú
estás ahí para ese puesto, para ese trabajo. Que si te pagamos es para algo.
Así que deja de vacilarnos amagando con un sí pero no, soplando y a la vez
sorbiendo, dando un pasito p’alante y
un pasito p’atrás.
Llevas mucho tiempo dándonos mala
vida, pero lo de anteayer superó lo admisible. Qué cara más dura la tuya. Y qué
sinvivir, qué nervios los nuestros. ¿Vas o quedas? ¿Tiras o no tiras? ¿Cataluña
es España o no? De verdad, tío, compórtate como el adulto que eres, y el
responsable que deberías ser. Medita las cosas, toma una decisión y defiéndela.
Aunque solo sea por los tuyos. No los mandes al Parlamento de Cataluña primero
para dejarlos después cariacontecidos. No puede ser que pareciera que La 1 iba
a dedicar su maquinaria informativa a informar sobre el más importante
acontecimiento vivido en España en los últimos lustros, y se interrumpiera la
conexión para emitir la telenovela “Acacias 38” y la serie “Centro Médico”.
Supongamos que estás en el puesto
de responsabilidad que ocupas por tu cualificación y competencia. ¿De verdad
crees que el hecho de que a última hora e inesperadamente se retrasara la
celebración del pleno del Parlament le resta interés informativo al acontecimiento
y es mejor interrumpir el especial informativo que habías montado? ¿No será que
esto le da un interés aún mayor y deberías redoblar el esfuerzo para que TVE y
sus trabajadores pudieran hacer bien su trabajo? ¿O crees que en España no hay
que informar de lo que pasa en Cataluña? Piénsalo. Y entenderás por qué debes
dimitir.
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