A ver esa inexistente neutralidad
y objetividad cómo la llevamos. Ayer criticamos La 1 por interrumpir una
conexión en directo, y hoy elogiamos a laSexta por hacer lo mismo. Quien quiera
indignarse, puede empezar; no hace falta leer más.
“Más vale tarde”. Conexión en
directo. Una manifestación por el Día de la Comunidad Valenciana y la
independencia catalana es asaltada por un grupo ultraderechista con banderas
españolas amenazando a la reportera, insultando y dando hostias. Mamen Mendizábal interrumpe la
conexión: “Hay imágenes que no les
podemos mostrar porque estamos en horario de máxima protección infantil, y esto
se sale incluso de nuestra propia norma de emisión”. Muy bien. ¿Se equivocó?
Tal vez. Quizá su deber como periodista es mostrar lo que ocurre caiga quien
caiga, incluido el propio programa. O debe anteponer la ley y reservar las
imágenes para los informativos de la noche, ya fuera del horario de protección.
O debe informar, pero no emitir imágenes para no ser caja de resonancia de unos
indeseables. O abrir un debate respecto a la conveniencia de mantener un
horario de protección cuando la actualidad no tiene horarios, o plantear la necesidad
de abrir un horario de exposición adulta donde los informativos muestren lo que
hay sin pamplinas ni tener en cuenta si la realidad gusta o no. En todo caso,
se plantee como se plantee y se decida lo que se decida, lo importante es situar
en primera línea algo que no deberíamos olvidar: la responsabilidad social de
la televisión. Si cualquier actividad humana la tiene; la tele, más.
Al día siguiente, La 1
interrumpió la conexión con el Parlament de Cataluña cuando se retrasó el pleno
que nos tenía a todos en vilo. Muy mal. La tele pública, la que tiene mayor
responsabilidad social, la que dispone los servicios informativos con más
plantilla y más recursos, la nuestra, dejó de informar para emitir seriales
ocultando que aplicaba unos criterios torticeros, tendenciosos y manipuladores.
Así que no es lo mismo.
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