¿La representación de una blasfemia es una blasfemia? Según informa “RTVE responde” -el programa de la TV pública dedicado a las protestas de la audiencia-, a un espectador de Murcia le ha parecido mal que Pacino despertase de una pesadilla con un contundente “hostia puta” en un capítulo de “El Ministerio del Tiempo”. Es obvio que cuando Julián -el personaje- muere, Rodolfo Sancho -el actor- no muere. Pero también es obvio que cuando Amelia -el personaje- abofetea a Pacino -el personaje-, Aura Garrido -la actriz- sí abofetea a Hugo Silva -el actor-. Un asesinato va mucho más allá de su mímica. Una bofetada, no. La representación de un asesinato no es un asesinato. La representación de una bofetada sí es una bofetada.
¿Y a cuál de las dos categorías pertenece la blasfemia? Si una blasfemia sólo es una pronunciación de unos fonemas en un orden que Dios ha prohibido y no va más allá de su sonoridad, entonces cuando Pacino -el personaje- blasfema, Hugo Silva -el actor- blasfema también, y Dios se ofendió no sólo en la toma que vimos en el capítulo, sino en todas las tomas anteriores que se realizaron hasta que el director dio por válida una de ellas. Y se ofendió tantas veces como televisores reprodujeron ese capítulo y se ofenderá cada vez que alguien lo vea a partir de ahora en RTVE A La Carta. Pero si la blasfemia va más allá de su transcripción fonética, implica una intención, posee unas consecuencias, entonces Hugo Silva no blasfema aunque Pacino lo haga, y un católico no debería ofenderse más por la representación de esa blasfemia que por la representación de una relación sexual fuera del matrimonio de la escena anterior o la representación de un domingo sin ir a misa de la escena siguiente.
En último término, se trata de distinguir hostia puta de “hostia puta”, la superstición de la racionalidad, la realidad de el arte. Muy en el fondo, este asunto trata sobre distinguir un programa de una TV pública dedicado a las protestas de la audiencia en un Estado confesional de un programa de una TV pública dedicado a las protestas de la audiencia en un Estado laico.
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