18/7/17

ESTRELLAS MUERTAS (O NO)


Del mismo modo que cuando miramos el cielo estrellado estamos mirando el pasado, puesto que incluso la luz de las estrellas más cercanas tardan años en llegar a nuestro sistema solar, podemos decir que cuando miramos las series televisivas que algunas cadenas utilizan para rellenar su programación veraniega en realidad estamos mirando el pasado, porque han tardado tanto en llegar que incluso puede que ya estén muertas. Es el caso de “Almost Human” (Antena 3), una serie que se presenta como creada por J. J. Abrams para ocultar que fue un fracaso en Estados Unidos y que fue cancelada tras su primera temporada. Puede que no lo parezca, pero cuando vemos al policía John Kennex y a su sintético Dorian patrullar la ciudad en “Almost Human” estamos viendo la luz de una serie muerta porque ha agotado el combustible de un punto de partida no demasiado original y ha cedido ante la fuerza de gravedad de otras series similares pero mucho mejores como, por ejemplo, “Westworld”.

Pero siempre hay algún motivo para entretenerse con la luz, aunque sea una luz muerta, de una serie producida por J. J. Abrams. Puede que un comentario del androide Dorian, que cree que el problema del humano John es que “no se conoce a sí mismo” (la sombra de Sócrates es alargada). O tal vez fijarse en las diferencias entre una sociedad del futuro y nuestro tozudo presente. “Almost Human” se desarrolla en el año 2048, y las diferencias están, como casi siempre, en el diseño de los coches, la estética de los edificios y el uniforme en plan “Robocop” de los policías. ¿Quién decide el año en que se desarrolla una serie o una película de ciencia-ficción? La ciudad de San Ángeles de “Demolition Man”, con sus policías zen, es del año 2032; y la ciudad de Los Ángeles donde Roy Deckard se dedica a cazar replicantes en “Blade Runner” nos lleva al año 2019, que está a la vuelta de la esquina, casi tan cerca como el terrible mundo que muestra “Cuando el destino nos alcance” en el año 2022. La siniestra cúpula de “La fuga de Logan” cercana a lo que un día fue Washington D. C. fue construida tras la catástrofe del año 2274, el planeta al que llega el astronauta Taylor en “El planeta de los simios” (que resulta ser la Tierra) se mueve en el año 3978, y el mundo de los simples Eloi y los monstruosos Morlocks en el que se detiene la máquina del tiempo construida por George Wells en “El tiempo en sus manos” nos presenta una devastada humanidad en el año 802.701. En realidad, todas las fechas futuras de la ciencia-ficción hablan del presente y sirven, como quieren Dorian y Sócrates, para conocernos a nosotros mismos, aunque esas fechas vengan de estrellas muertas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario