Se puede tener cara de gilipollas
o no tenerla. También se puede ser gilipollas o no serlo. Pero, aunque la
relación entre ambos elementos está por demostrar, la tentación de conectarlos es
enorme.
Ahí está el caso Javier Cárdenas en “Hora punta” (noches
de La 1). Habrá quien le encuentre cara de gilipollas al verle maravillado ante
un embaucador presentado como “morfopsicólogo” y “périto en
Grafopsicología” (con perdón al corrector de Word, que no da abasto a
subrayar). También habrá quien considere que Cárdenas es gilipollas por
asegurar que ese tipo “demuestra si una
persona, a través de la morfología de la cara, puede ser o no un asesino”,
cuando lo único que hace es usar los viejos trucos de los videntes y astrólogos:
hace la pelota a quien tiene delante con generalidades positivas (dice de
Cárdenas que es “de acción, de emoción,
de conquista y de cambio”) y confirma la información previa y los
prejuicios con peligrosa palabrería cuando habla de otras personas (Bill Cosby es presa de muchos apetitos
instintivos porque la distancia de la nariz al mentón es grande y posee nariz
carnosa, los pómulos y la nariz corta de Ronaldo
nos hablan de orgullo, y la nariz más profunda de Messi nos remite a sentimientos más humanos).
Pero la relación entre la
gilipollez facial y la gilipollez conductual no está demostrada. Por ejemplo, el
poli que dijo en “Hora punta” que la “Psicología facial” va genial a la policía
dijo una peligrosísima gilipollez, pero no tiene por qué tener cara de
gilipollas. ¿Y qué pasa con el público que aplaudió al oír: “Si conseguimos que a los niños que ya los
vemos de muy niños que van a ser unos psicópatas codiciosos, los trabajamos,
serán menos psicópatas codiciosos; con lo cual cambiaremos el mundo”? Tal
vez no haya aplaudido gilipollezmente por tener cara gilipollas, sino porque
mandó aplaudir el gilipollas del regidor.
Solo algo está claro en este
oscuro asunto. No habiendo relación demostrada entre lo que se es y la cara que
se tiene, menuda cara de gilipollas se nos queda a los espectadores al ver cómo
está la tele pública y lo gilipollas que somos al consentirlo.
Doc james
ResponderEliminarHola, mi nombre es Dr. James Henry del Hospital Universitario de la Universidad de Benin, soy especialista en Cirugía de órganos, y nos ocupamos de la compra de órganos a humanos que desean vender, y estamos ubicados en Nigeria, EE. UU. Y Malasia , pero nuestra oficina central está en Nigeria. Si está interesado en vender su riñón o vender cualquier parte de su órgano corporal, contáctenos para obtener más información. Contáctanos a través de
Correo electrónico: jameshenryhome@gmail.com
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Esperando saber de ti.
Saludos,
Dr. james
CEO
UNIVERSIDAD DE BENIN HOSPITAL DE ENSEÑANZA.