28/5/17

NAPOLEÓN EN TWIN PEAKS


Los nuevos capítulos de “Twin Peaks” no pondrán patas arriba el mundo de las series televisivas porque, entre otras cosas, el universo de las series televisivas está patas arriba desde que la primera temporada de “Twin Peaks” se coló en nuestras pantallas y nos dejó a todos tan descolocados como Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda después de una charla con Sigmund Freud. A partir de la tarta de cerezas de “Twin Peaks” ya no nos sorprende que Aristóteles recomendara el consumo de cigarras preferentemente en su estado larvario justo antes de la última transformación porque sabemos que detrás de la tarta de cerezas puede estar el consomé de cigarras, detrás de un pequeño y tranquilo pueblo puede habitar el mal puro, y detrás del cuerpo sin vida envuelto en un plástico de Laura Palmer puede esconderse un mundo perturbador envuelto en la música compuesta por Angelo Badalamenti.

¿Las circunstancias? ¿Qué son las circunstancias, se preguntaba Napoleón? Y, como Napoleón era Napoleón, su respuesta era: yo soy las circunstancias. Seguro que David Lynch y Mark Frost, creadores de “Twin Peaks”, dirían lo mismo que Napoleón si les preguntáramos por las circunstancias que explican el fenómeno cultural que supuso la vida y muerte de Laura Palmer. ¿Circunstancias? Nosotros, Lynch y Frost, somos las circunstancias. “Twin Peaks” fue tan rompedora, tan diferente a cualquier otra cosa que se hubiera visto en televisión, tan alejada de series de éxito de los 90 del pasado siglo como “El show de Bill Cosby” o “Las chicas de oro”, con unos personajes tan inclasificables, un pueblo tan marciano y un lado oscuro tan tenebroso, que hacía falta un Napoleón (o dos) para sacar adelante un cóctel que abrió el camino a la edad de oro de las series televisivas. Si la vieja idea griega de que los movimientos terrestres eran rectilíneos porque el movimiento circular estaba reservado a los cuerpos celestes obstaculizó la teoría de la circulación de la sangre, la vieja idea de que los argumentos de las series de televisión deben ser rectilíneos, reservando las tramas circulares para el cine, estalló en mil pedazos cuando la circunstancia napoleónica encarnada en el agente Cooper llegó a Twin Peaks. Nada es recto en “Twin Peaks”. Todo es sinuoso.

¿Los nuevos capítulos de “Twin Peaks”? Bien, gracias.

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