La telerrealidad es estupenda. Es
maravilloso que la tele pueda documentar situaciones sin guion y vivencias actuales
a las que asistir sin movernos del sofá. Es extraordinario que sentarnos ante
la pantalla mientras se nos presentan casos, vivencias o situaciones personales
que, de otra manera, desconoceríamos. Es una gran suerte que nos haya tocado
vivir en la época en que este género televisivo nos abre tantas puertas.
El último bombazo que pudimos ver
estallar con nuestros propios ojos fue esta misma semana. Fue en el
confesionario, ese lugar en el que la telerrealidad permite a los participantes
hablar a solas con nosotros con el corazón en la mano. Ocurrió en EE.UU., pero
la confesión de Jimmy Kimmel fue tan
impresionante que dio la vuelta al mundo.
Kimmel había dejado de aparecer
en pantalla y el programa mismo había desaparecido de la parrilla la semana
anterior sin dar explicaciones. Cuando el lunes “Jimmy Kimmel Live!” volvió a
emitirse, Kimmel fue directamente al confesionario, miró a cámara, y nos habló
de un nuevo personaje que hasta ahora no había salido en el ‘show’: su hijo recién nacido.
Kimmel contó cómo, tras un parto
normal, se descubrió que el bebé sufría un grave problema cardíaco que exigía
una urgente operación a corazón abierto. Esto fue posible, dijo emocionado,
gracias al actual sistema de salud de EE.UU., conocido como Obamacare, que salvó
la vida a su hijo y le brindó la atención que necesitaba. También pidió que Donald Trump, que actualmente goza de inmunidad en la gran casa en la que
se desarrolla el ‘reality’ en que
vivimos, deje de nominar al Obamacare: “Ningún
padre debería tener que decidir si puede asumir el costo de salvarle la vida a
su bebé”.
Naturalmente, las redes
reaccionaron ante este imprevisto giro de los acontecimientos (“Bien dicho, Jimmy”, tuiteó el usuario Barack Obama). Y, por supuesto, el
vídeo cuenta con millones de visitas. Qué buena es la telerrealidad cuando de
verdad carece de guionistas, cuando de verdad trata de asuntos que nos afectan,
cuando de verdad es telerrealidad.
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