No sabría contar cómo pasó, pero
pasó. De ser una lección de televisión y una clase de historia, “Cuéntame cómo
pasó” pasó a ser de esa clase de historias que en televisión llamamos culebrón.
Hace lustros, en sus inicios, “Cuéntame
cómo pasó” era el retrato de lo que nos sucedió hace décadas. Servía de espejo en
el que se miraba una generación de españoles que vivió el final del franquismo
y la Transición. Además, instruía deleitando: daba clases de historia a las
nuevas generaciones que no habían estado allí. Esto era posible porque, por
caprichos del destino y maestría de los guionistas, los Alcántara tenían la
rara habilidad de estar en primera fila de los grandes acontecimientos de lo
que hoy es nuestro pasado y entonces solo era el “Telediario”. Este híbrido
entre “Aquellos maravillosos años” y “Forrest Gump” atrapaba en cada capítulo
el espíritu de una época formando un gran tapiz que entretejía el día a día de
la familia Alcántara con la historia de España. Televisión pública cien por
cien. Cien por cien servicio público. Historia e intrahistoria en horario de
máxima audiencia.
Pero ya no. Ahora “Cuéntame cómo
pasó” es un culebrón con amoríos, enfados, embarazos, reconciliaciones, herencias,
amantes, hijastros, secuestros y muertes. La desconcertante muerte de Miguel del último capítulo no es más
que la confirmación de una deriva que comenzó hace varias temporadas. Ricardo Gómez (Carlitos) dijo que sin Juan
Echanove la serie sería un poco peor, pero se equivoca. Sin Echanove
notaremos más aún que estamos ante un culebrón del que se despidió por la
puerta de atrás interpretando a un nuevo rico que había convertido a Miguel en
un histriónico personaje de culebrón de segunda.
Esto es hoy “Cuéntame cómo pasó”:
un culebrón. Cómo pasó, no lo sé. Benny
Moré lo diría de otra manera y lo diría cantando: Cómo fue, no sé decirte
cómo fue, no sé explicarme qué pasó. Pero él era el gran Benny Moré, el Bárbaro
del Ritmo, y no veía “Cuéntame cómo pasó”.
1 comentario:
Toda la razón. Dejé de verla cuando Antonio se hizo político y para colmo, en la UCD
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