Les invito a acompañarme en uno de los viajes más fascinantes que puede realizar un individuo moderno, un viaje que atraviesa el Partido Popular, el folklore andino, la traducción más famosa de la Biblia al latín, David Bowie y Andy Warhol, las ciudades romanas, los coches Volswagen y Bob Pop. Es el sorprendente itinerario que recorre la raíz indoeuropea “pol-” hasta llegar al nuevo espacio de #0 “Pop”. “Pol-” aparece en las lenguas latinas vinculado a la ciudad (“polis”) y al pueblo (“populus”). Salta a las lenguas germánicas, en donde la “p” se convierte en la fricativa “f”, dando lugar a “fol-”, reteniendo su significado referente a la gente que vive en comunidad. De ahí “folklore” y “volswagen” -que podría traducirse al canario como “la guagua del pueblo”-. Pero la nueva raíz “fol-” vuelve a Roma convertida en “vul-”, dando lugar a “vulgo” y haciendo que la traducción de la Biblia al latín vulgar que encarga Jerónimo de Estridón se llame “vulgata”. Hay quien opina que la música folk es vulgar sin saber que “folk” y “vulgar” son primos muy cercanos.
Pero la raíz “pol-” no estaba muerta. A través de “polis” saltamos a “política” y a “policía”. Y a través de “popular” el siglo XX contempla la aparición de “pop”, una casi onomatopeya que oculta miles de años de raíces semánticas para designar a un nuevo arte fácil, directamente experiencial, de consumo rápido y simpatías por el capitalismo comercial. Sting, Andy Summers y Stewart Copeland fundan en 1977 un grupo de música pop llamado “The police”. Alaska asegura que los artistas pop no deben meterse en política. La cantante pop Cher acusa a Donald Trump de populismo. Y en junio de 2017 la cadena #0 estrena “Pop”, un recorrido por una rama de la cultura de masas en forma de canciones comerciales y populares que forman parte importante, cuando no auténtica identidad existencial, para todas las personas que viven en nuestro país. Con “Pop” Movistar+ espera conseguir un éxito de público -ah, se me olvidaba, “plus” y “público”, por supuesto, también son el resultado de las increíbles aventuras de la raíz “pol-”-.