I. En Estados Unidos se sospecha que Rusia ha podido alterar de alguna manera el resultado de sus elecciones presidenciales. En España todo parece indicar que Forocoches intervino en la final de “Got talent”. Diferentes países, diferentes escándalos. En alguna realidad paralela Rusia altera el resultado de la final de “Got talent” y Forocoches interviene en la elección del presidente de los Estados Unidos. Eso sí, en dicho universo alternativo vuelve a obtenerse el mismo resultado -ganan Trump y el Tekila- pero al revés: Trump gana la final de “Got talent” mientras Hillary Clinton abandona indignada el plató, y el Tekila reúne los votos electorales necesarios para ocupar la Casa Blanca mientras baila rockabilly alrededor de Risto Mejide.
II. ¿Por qué lo llaman “postverdad”? El nombre adecuado es “preverdad”. Tomar como criterio de verdad a uno mismo antes que al mundo no es una elaboración a posteriori de la verdad moderna sino su interrupción a priori antes de estar terminada. No es su consecuente, sino su antecedente. La preverdad siempre ha existido como tentación, pero sólo tras un siglo de publicidad televisiva se convierte en un orgullo: “¿por qué el mundo no va a ser lo que a mí me dé la gana?” es el resumen de todos los eslóganes. El Tekila fue el mejor concursante de la historia de “Got talent” y Trump está siendo el mejor presidente de la historia de los EE.UU. ¿Por qué lo llaman “postmodernidad”? El nombre adecuado es “premodernidad”.
III. La Resistencia como movimiento político en la sombra es uno de los arquetipos más sólidos en las ficciones modernas. Está en “Star wars”, en “The walking dead”, en “Mr. Robot”, en “Los juegos del hambre”. Nos guste o no, no existe hoy en España un movimiento autogestionado, socialsindicalista, de masas y resbaladizo que pueda encarnar el espíritu de la Resistencia mejor que Forocoches. Es nuestro anonymous, nuestro V de Vendetta. Primero tomamos “Got talent”, después tomamos los telediarios. Cada país tiene el presidente, la Resistencia, y el ganador de “Got talent” que se merece.
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