12/3/17

EL EJE DEL MAL


Olvídense de Irán y de Corea del Norte. Olvídense de Hitler y Mussolini. Olvídense incluso de Milá Ximénez y Kiko Hernández. El auténtico eje del mal lo forman Bertín Osborne e Íker Jiménez. La entente perfecta para acabar con cualquier rastro de calidad en la televisión. A la derecha, Bertín, el único conversador conservador capaz de enfrentarse a un personaje carente de interés y no hacerle ni una pregunta durante hora y media que haga que lo adquiera. Más a la derecha, Íker, décadas de investigador de lo paranormal tras las que reconoce que no sabemos ni una milésima más de lo que sabía el hombre de Altamira. El oscurantismo es más sórdido si es casposo; la caspa es más sucia si es oscurantista. Por separado ya resultan rivales difíciles. Juntos son imbatibles en su apología de la ignorancia, en su celebración de la irracionalidad y el aburrimiento. Si la religión es el opio del pueblo, Osborne y Jiménez se convierten en el vino Don Simón de la España del siglo XXI. Mediaset siempre tuvo forma de tetrabrick.

Es sabido que cuando dos males se juntan no se suman, sino que se multiplican. En el último “Mi casa es la tuya” (o “Esta casa es tu casa” o “Ay, mira, tu casa es como la mía” o algo así) Bertín and wife recibieron a Íker and wife y celebraron una auténtica cumbre del G2 del mal. Moriarty y Lex Luthor no hubieran podido mantener una conversación en la que se afirme que la principal pregunta que ha de responder Rajoy es relativa a la desclasificación de informes sobre los ovnis. Fu-Manchú y el Joker no hubieran podido hacer el ridículo espantoso de escuchar unas psicofonías en las que no se entiende nada si no te dicen antes lo que tienes que entender, y encima fingir que te da miedo. Pues yo una vez me puse una bata de una tía que había muerto y sentí como que me la agarraban desde atrás. Pues a mí me tocaron en el hombro una noche y no había nadie. Uy, eso pasa mucho. ¡No jodas! Qué acojone. Me voy de aquí.

Bertín Osborne e Íker Jiménez. Ya conquistaron Telecinco, y ahora, si no hacemos algo para impedirlo, el Eje del Mal conquistará el mundo cantando rancheras y fotografiando las caras de Bélmez.

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