“iFamily” no defrauda. TVE,
tampoco. En eso se parecen. Un personaje de “iFamily” finge estar en coma. TVE
finge no estarlo. En eso se diferencian. Quienes tuvieron la santa paciencia de
comerse el plato enterito del primer capítulo de esta serie (desde el punto de
vista numérico, pocos. Desde el punto de vista humanitario, demasiados)
confirman lo que se veía venir de lejos.
Y de lejos no se veía venir nada
bueno: “iFamily” es una nueva serie familiar para toda la familia que, primero,
se veía venir que no iba a ser nueva y no lo fue a no ser que uno no hubiera visto la
tele en los últimos treinta años; que, segundo, se veía venir que no iba a ser para
toda la familia y no lo fue a no ser que uno no se quisiera nada ni a sí mismo
ni a su familia; y que, tercero, eso sí que sí, se veía venir que iba a ser
familiar y lo fue. Familiar a más no poder. Tan familiar que primero supimos
que su productor había sido productor de “Ana y los 7” . Tan familiar que después
supimos que su guionista había sido guionista de “Ana y los 7” . Y tan familiar que, cuando
vimos la foto familiar de la serie en la presentación antes del estreno, nos
resultó, efectivamente, familiar. No había siete niños porque hay que ahorrar,
pero había cuatro. No estaba Ana Obregón
porque hay que respetar la Convención de Ginebra, pero estaba Antonio ‘Serrano’
Resines.
Hoy por la noche emiten el
segundo capítulo de “iFamily”. Avisados están como avisados estaban quienes
picaron y vieron el primero. De todas formas, algo bueno tiene. Quien se
perdiera las series españolas más rancias de las últimas décadas y quisiera
recuperarlas, puede recurrir a “iFamily” para ver un compendio. Y si en los
noventa la serie “Lleno, por favor” sirvió para que los españoles
comprendiéramos que un franquista nacionalista machista podía ser un tipo
simpaticote y entrañable, ahora “iFamily” puede servir para que TVE nos haga
comprender que los entrañables y simpaticotes del presente son los corruptos,
golfos, tramposos y vividores. Así, cuando vemos los telediarios, se nos hacen
más llevaderos.
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