Si usted cree que segundas partes nunca fueron buenas, es que no ha visto la segunda parte del partido España-Malta (12-1), la segunda temporada de la serie “Fargo” o la segunda entrega de “El Padrino”, o quizás no le ha dado una oportunidad a la segunda parte de “El Quijote” ni ha viajado con Alicia a través del espejo. De acuerdo, hay segundas partes horribles y, sobre todo, hay segundas partes imposibles tan destinadas al fracaso como invitar a Hannibal Lecter a participar en “MasterChef”. Ahora mismo me viene a la cabeza “2.010: Odisea dos”, pero nos vamos a quedar con “La guerra de los mundos 2” (LaSexta) porque esta película, mala con premeditación y alevosía, encierra una bonita enseñanza y propone una necesaria cura de humildad.
El protagonista de “La guerra de los mundos 2” exclama, en un momento de terrible dolor tras la desaparición de su familia a manos (o lo que sea) de los extraterrestres, este tremendo reproche a Dios: “¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? Yo no soy tu puto Job”. La respuesta de Dios, como es habitual, es el silencio; pero que un personaje de una película menor que se presenta sin vergüenza como la segunda parte de un clásico absoluto del cine de ciencia-ficción se atreva a dirigirse al ser supremo recordándole que no es el “puto Job”, nos enseña que incluso en malas segundas partes hay buenas frases y buenos momentos. En el cine de segunda también se plantean preguntas de primera que ponen en aprietos no sólo a Dios, sino a productos que quieren ser de primera pero que, como esas películas llenas de explosiones, ruido y gimnasia más o menos digitalizada, sólo ofrecen vacío. Nuria Bou y Xavier Pérez dicen que el imperativo de la hazaña veloz (“The Fast & The Furious”, “Transformers”) niega toda posible vida interior en las vísceras emocionales del héroe. Por eso las últimas películas protagonizadas por James Bond son especialmente interesantes, pues conjugan la hazaña veloz y la exposición de las vísceras emocionales del mocín. El héroe de “La guerra de los mundos 2” es, así, un James Bond atormentado y baratito con licencia para matar extraterrestres… y tardes lluviosas de invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario