1/2/17

CUÉNTAME, RAJOY


El director J. A. Bayona está muy enfadado con Rajoy porque el presidente del gobierno de España reconoce que no ha visto ninguna película aspirante al premio “Goya”. Eso no significa que a Rajoy no le guste el cine, por supuesto, pero chirría. No me imagino a un presidente del gobierno español declarando que no lee literatura española, o que no asiste a las representaciones de teatro de obras españolas, o que no va a conciertos de grupos españoles, o que los recitales de poetas españoles no le dicen nada, o que pasa de la moda española, o que nunca come en los restaurantes con “chefs” españoles, o que le refanfinfla la ciencia hecha por españoles o… ¡Ajá! No me puedo imaginar a Rajoy diciendo alto y claro que él no ve series españolas.

De las poco elegantes declaraciones anti-cine español de Rajoy se deduce que nuestro presidente jamás ve las películas de “Historia de nuestro de cine” en La 2. Allá él. A lo mejor a Rajoy le gusta el cine sueco, iraní, argentino o incluso, cielo santo, el cine francés. Todo es posible tratándose del hombre que cree que va a bajar el precio de la luz porque va a llover. Pero lo más probable es que el señor presidente no sea aficionado al cine, ni a la literatura, ni a la música, ni a ninguna de esas pijadas que tanto gustan a la extrema izquierda neovenezolana. Y, sin embargo, estoy seguro de que Rajoy jamás diría que no ve “Cuéntame cómo pasó”, que no sabe qué es “El ministerio del tiempo”, que no le suena de nada “Velvet”, que nunca oyó hablar de “La que se avecina”, que “Águila roja” ni fu ni fa y que no es partidario de que TVE reponga las imprescindibles “Historias para no dormir” de Narciso Ibáñez Serrador. Algo tienen las series de televisión, aunque sean españolas, para que ni siquiera el Increíble Hombre de las Declaraciones Estúpidas se atreva a meter la pata en ese charco y vomitar su desconocimiento con la tranquilidad con la que Donald Trump vomita decisiones que nos revuelven el estómago. Ni siquiera creo que Rajoy vea series, españolas o no, pero sí creo que el Primer Motor Inmóvil de nuestra política sabe que puede meter la pata con el cambio climático, con el precio de la luz o con la Eurocopa, pero nunca con la familia Alcántara.

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