13/12/16

ÉTICA

Es difícil encontrar una serie en donde, de una u otra manera, no se aborde algún problema ético. Pero sólo “Westworld” puede presumir de abordarlos absolutamente todos a la vez. Sin pretender ser exhaustivo, déjenme que les cuente algunos asuntos de indudable dimensión moral que se tratan en la nueva superserie estrella de la HBO según me van viniendo a la cabeza: ¿qué nos hace humanos? ¿cómo debemos relacionarnos con las máquinas y los animales? ¿es el sufrimiento la medida de todas las cosas? ¿cuáles son las verdaderas pasiones de los individuos actuales? ¿le podemos exigir cuentas a Dios? ¿además de aplicarla a la inteligencia, la prueba de Turing se puede aplicar a la propia condición humana? ¿el desarrollo tecnológico va a obligar a replantearnos y reconstruir todos los principios éticos que hemos conocido durante siglos? ¿tiene algún sentido seguir distinguiendo entre esencia y apariencia?

No necesita más virtudes para ser la serie más importante del momento. Su desarrollo argumental no es brillante y apunta hacia futuros embrollos pseudomisteriosos en la línea de “Perdidos”. Su reparto es manifiestamente mejorable -salvando a la impecable Evan Rachel Wood; Anthony Hopkins es tan buen actor que es capaz de interpretar con maestría a su personaje y conseguir a la vez que los espectadores notemos que la serie le aburre mortalmente-. Nada de eso importa. A poco que suspendamos la incredulidad -y habida cuenta de que hoy en día manejamos con cotidianeidad avances tecnológicos que hace veinte años nos hubieran parecido ciencia ficción inverosímil- uno termina cada capítulo inquieto por la posibilidad de que escenarios parecidos a los que plantea la serie puedan ser reales a mediados del siglo XXI.

Nadie se acordará entonces de “Westworld”. Pertenecerá a esa época remota en donde la gente veía series en pantallas en vez de convertirse en un personaje de ellas mediante cyborgs y realidad virtual; esa época prehistórica e incomprensible para nuestros nietos en donde los humanos obtenían gratificaciones de otros humanos y hablaban de algo que llamaban “ética”.

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