España entera pendiente de La 1,
atenta a la vuelta de “Operación Triunfo”, vigilando cada gesto de Bisbal y Chenoa. Un mes con La 1 ocupada, el “Telediario” invadido, la calle
tomada. Los octavos, los cuartos y la semifinal de “OT. El reencuentro” dieron
paso, por fin, a la esperadísima gran final de “OT. El concierto”. El estadio
se pone en pie cuando Bisbal y Chenoa cantan “Escondidos”. En ningún encuentro
ni reencuentro habíamos visto últimamente una jugada tan polémica. Hay contacto
físico, pero no se ve bien cómo se resuelve. Primer beso en la mejilla
clarísimo. Intento de segundo beso en el área pequeña. Bisbal se retira. ¿Le
hace una cobra? ¿Hay intencionalidad? ¿Queda Chenoa fuera de juego? ¿Gol de
libro o penalti, tarjeta y expulsión?
Analizándolo con detenimiento, la
conclusión está clara: cobra, sin duda cobra. Pero no debería cobrar. No hace
falta mirar la jugada desde otro ángulo. No es necesario revisar la aproximación
fotograma a fotograma. No hay que darle al pause y acercarse a la pantalla para
ver mejor. Solo hay que atender a los índices de audiencia, flipar con que la
peña se tragó el anzuelo del reencuentro hasta el fondo y comprobar que hasta
Telecinco dejó de girar alrededor de sí misma para girar alrededor de La 1, ¡como
en aquellos tiempos en que TVE todavía era el enemigo a batir!
Así que sí: cobra. Alguien en TVE
cobra por decidir este tipo de cosas, pero no debería cobrar porque dejó pasar
de largo el décimo aniversario de “OT” sin hacer nada. Ahora se espabiló y montó
un reencuentro a los quince años. Pero el enorme éxito cosechado solo agranda
el fracaso que supone no haber empezado a los diez años en vez de a los quince.
O a los cinco, qué carajo. Un reencuentro cada cinco años podría funcionar.
Quien se traga los quince se tragaría los cinco. Y a los veinte, una muy gorda.
Y a los veinticinco, mayor todavía. Los triunfitos son las nuevas folclóricas. Pueden
protagonizar el primer ‘reality’ en
régimen de externado. Y cuando falten Raphael
y su tambolilero, que hagan ellos el especial de Nochebuena. Yuros livin a
selebreison, todos juntos vamos a espantar.
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