El domingo por la noche, La 1
estrenó “Espinete no existe”, un programa que según la propia cadena “repasa la historia de TVE y la infancia de
los espectadores”. ¿Añoranza televisiva? Como diría en “Cómo conocía a
vuestra madre” el gran Barney Stinson,
“¡Acepto el reto!”.
Veamos la nostalgia televisiva
con más nostalgia televisiva. En 1976, la BBC estrenó la serie “Yo, Claudio”
basada en dos novelas de Robert Graves
(a quien por esta y muchas otras cosas debemos agradecimiento eterno). Hay
quien criticó la serie por ser nada más que teatro televisado, aunque hay quien
la elogió por ser nada menos que teatro televisado. En uno de los quinientos
mil grandes momentos de sus trece capítulos, Talo (David Davenport),
mayordomo de Augusto, dice al orador Aristarco de Atenas: “El teatro ya no es lo que era”. Aristarco (Carleton Hobbs)
da una respuesta que acaba con la nostalgia por el teatro de antes, por la
televisión de antes, y, en general, por los “buenos tiempos” que en el mundo
has sido, son y serán: “No. Y te diré
algo más: el teatro nunca fue lo que era”. Apliquémonos el cuento. Por
ejemplo, ahora. Dinamitemos la añoranza con más añoranza.
Qué flojo fue “Espinete no existe”.
Todas las cosas de las que hablaron, el blandiblú, el Exín Castillos o la Ruperta, eran mejores antes, cuando no
había que hablar de ellas sino que simplemente estaban ahí. En España (TVE, la
única tele que había), “Yo, Claudio” se emitió precedida por una advertencia de
la locutora de continuidad, qué tiempos. Avisaba al espectador de que la serie
podía herir su sensibilidad, pero no de que podía desperezar su entendimiento.
Si “Espinete no existe” se hubiera estrenado hace 30 años, cuando Espinete existía, hubiera estado mejor de
lo que estuvo anteayer. Incluso podría haberse emitido tras un mensaje de
advertencia que nos sirviera para abrir el entendimiento y apagar la
sensibilidad. Pero no fue así. Además, una hora de programa ya empieza a
hacerse larga. El pasado ya no es lo que era, y eso sin hablar de la próstata.
Que ya hablaremos, ya.
1 comentario:
¡Qué cansino ya el revival de la infancia! Si seguimos así, llegará un día en el que añoraremos aquellos tiempos en los que no se echaba de menos a los ochenta.
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