1. Cuando desperté, Antonio García Ferreras todavía estaba allí. No, no se trata de una paráfrasis cómplice de Monterroso ni de una alegoría postapocalíptica. Fue sencillamente lo que ocurrió. Estuve viendo el especial de “Al rojo vivo” de la Sexta el martes electoral hasta eso de la 2 de la madrugada y después me fui a dormir. Cuando me desperté, alrededor de las 7 de la mañana, puse la tele y Antonio García Ferreras todavía estaba allí. Me hizo gracia la contingencia, e inmediatamente pensé que éste podía ser un buen arranque para una entrada del blog. Normalmente encontrar el arranque para una entrada del blog me alegra un buen montón de minutos del día, pero esta vez la satisfacción sólo duró las décimas de segundo necesarias para que mis ojos se movieran desde la cara de Ferreras al titular que había en la parte inferior de la pantalla: “Donald Trump, cada vez más cerca de ser presidente de los EE.UU.”.
2. ¿De verdad es un payaso? ¿De verdad es un payaso analfabeto xenófobo machista violento tramposo lleno de odio? Por primera vez en la vida sentí el retorno amargo de la descalificación de un adversario político contra el que se pierde. Dicho de otro modo, ¿de verdad no hemos sido capaces de ganar a un payaso analfabeto xenófobo machista violento tramposo lleno de odio? Entonces, ¿cómo se nos puede calificar a nosotros? ¿El que pierde contra un tonto no es más tonto que el tonto? ¿Aprenderemos algo de una megaderrotaza como ésta -Rusia, Italia, España, Reino Unido, ahora EE.UU., el año que viene, Francia- o seguiremos apijotados y apijotadas perdidos y perdidas? Cuando nos gana hasta el peor candidato que ha existido desde Cimón de Atenas, ¿no habrá que hacer una reflexión sobre nosotros que vaya un poco más allá de despreciar a los votantes? No sé… Estoy aturdido. No me hagan mucho caso. Sólo he dormido cinco horas.
3. Durante los próximos cuatro (u ocho) años cada vez que nos despertemos Donald Trump todavía estará ahí. Quizá no sea buena idea que todos los que no supieron verlo y balbucean ahora explicaciones a posteriori sean los que nos predigan las cosas que van a empezar a pasar.
1 comentario:
No comulgo con Trump, realmente me parece un auténtico engendro político, pero tampoco mucho más que otros que pululan por ese espectro.
Lo que me alucina es que haya ganado las elecciones el solito, sin partido que lo apoyase, sin famosos que le fuesesn a preparar el terrno para soltar el discruso, ni lady Gagas ni Lebrones ni Cristo que lo fundó, realmente se curró el sólo los mítines y dijo lo que querían oir los currantes de cuello azul de los USA, que son los que lo elevaron a los altares.
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