Yo no lo sé, pero seguramente
dedicar la noche del jueves a pasar el rato viendo en la tele cómo Gonzalo de Montalvo descubre si el rey
ordenó el encierro de su madre en “Águila Roja” no hace a nadie mejor ciudadano
ni mejor persona. Ahora bien, dedicarla a pasar el rato viendo cómo Jorge Javier Vázquez expulsa a Laura y Cris de la casa de “Gran hermano 17” sí que lo hace peor. Ambos
son programas de entretenimiento sin pretensiones más allá del puro
espectáculo, pero ese excipiente inocente lleva diluidos unos cuantos
principios activos repletos de efectos secundarios. Esto hace que hace que La 1
y Telecinco estén compitiendo con programas de ficción parecidos, pero no
equiparables.
El coste económico que supone la
serie “Águila Roja” para el Estado no cumple ninguna función de servicio público
esencial entreteniendo a más de dos millones y medio de espectadores. Hay
suficiente oferta privada en el mercado audiovisual capaz de entretenerlas sin
que eso le cueste un euro al Estado mínimo en el que nos quieren hacer vivir.
El servicio público que brinda “Águila Roja” estriba, entonces, en otra cosa:
en que, mientras estuvo emitiéndose esta fantasiosa serie de aventuras
ambientada en el siglo XVII, TVE entretuvo a más personas que Telecinco,
evitando así que sufrieran las indeseables consecuencias sociales y personales
que conlleva verse expuesto a ese fantasioso reality show de aventuras ambientado en Plutón.
Es así. Viviremos en un país
mejor cuantas menos personas se expongan a la retrógrada porquería ideológica
que tragan quienes se entretienen viendo que ya comenzaron las expulsiones en
la casa de “GH”, que ya comenzaron las peleas en la casa de “GH”, que ya
comenzaron los celos en la casa de “GH”, que ya comenzaron las lágrimas en la
casa de “GH”, que ya comenzaron las nominaciones en la casa de “GH” y que un
concursante lleva peluquín en la casa de “GH”. Por eso TVE debería anunciar que
esta no es la última temporada de “Águila Roja” y prorrogarla mientras “GH”
todavía esté ahí. Por defensa del interés común. Por servicio público.
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