Vuelvo a ver “Harry, el ejecutor” en la muy
católica, apostólica y romana 13 TV y me sorprendo a mí mismo pensando que el
inspector Harry Callaham no es más que una versión más glamurosa de Torrente,
el brazo tonto de la ley. Por supuesto, Clint Eastwood es mucho más guapo que
Santiago Segura, y Harry no es un poli, o lo que sea, corrupto, gorrón, sucio,
franquista, putero y fanático del Atlético de Madrid y de El Fary como el
amiguete Torrente, pero es que los métodos del inspector Callaham, sus argumentos
basados en su Magnum 44 y la rudeza con que trata, hasta que consigue ganarse
su respeto, a su compañera Kate Moore, una policía que quiere ser inspectora en
vez de limitarse a bailar pegada a la sección de Personal y Archivos, me
recuerdan a Torrente. No sé por qué. ¿Es Harry Callaham un Torrente guapo, con
más ética, más pelo y más contactos con los códigos del cine negro clásico?
Seguro que no. El caso es que ahora Jackie Chan me parece un Burt Lancaster
pasado de vueltas, y Dwayne Johnson, más conocido como “La Roca”, un John Wayne
con músculos. Y ahora viene lo peor.
Se me ocurre pensar que las diferencias
entre la Premier League y la Liga son las mismas diferencias que podemos
encontrar entre Harry Callaham y Torrente. Es una cuestión de estilo, de toque,
de detalles futboleros. Los partidos de la Premier siempre dejan un diálogo
digno de ser recordado, mientras que un partido de Liga está muchas veces al
borde de la camisa por fuera del pantalón y el palillo entre los dientes. La
Premier quiere ser Burt Lancaster y la Liga se conforma con parecerse a Jackie
Chan, el Manchester United entra en un partido como John Wayne entra en un
saloon y el Real Madrid sabe que es una roca que, probablemente, ganará la Liga
de Campeones. Las películas protagonizadas por Torrente arrasan en la taquilla,
y Dwayne Johnson y Jackie Chan son los actores mejor pagados del mundo. Vale.
Es bueno tener público y pasta. Pero el fútbol pide algo más. La Liga española
puede ser la mejor del mundo y, sin embargo, necesita un poquito de Harry
Callaham, de Burt Lancaster y de John Wayne. Los ingleses son muy buenos en
esto. El fútbol siempre nos alegra el día, la cuestión es si nos lo alegra a la
manera de Harry Callaham o de Torrente.
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