Nada más dejar Mariló Montero “La mañana” de La 1 en
manos de Silvia Jato se supo que
esta cobraba el doble. Qué feo. Años promocionando TVE con sus ocurrencias y
ahora la humillan doblando el sueldo a una señora desaparecida del panorama
televisivo nacional desde hace años. Que no pueda demostrarse que Jato tiene enchufe por ser pareja del
expresidente del PP en Valencia, Alberto
Fabra, solo empeora las cosas. ¿Pero qué hizo Jato últimamente de mérito
para TVE? ¿Decir que se negaba a hablar de Pablo
Iglesias porque “no merece ni cinco
minutos” y “España es un país serio y
se merece políticos serios”? ¿Añadir estos días el desliz de llamar a
Valencia “pueblecito”? Por favor, eso
lo supera Mariló con la gorra.
Días atrás, de un móvil robado se
extrajeron y publicaron unos mensajes privados en Telegram de Pablo Iglesias a Monedero en los que comentaba cómo Mariló le daba caña en “La
mañana”. Tras olvidar cuánto luchó (con razón) hace un año para que no se
publicaran unas fotos robadas en ‘top
less’ que le hicieron en la intimidad, pasó a la acción. En privado todos
decimos barbaridades cuando recurrimos a la ironía, el humor y la complicidad,
así que fue fácil. Mariló pidió la dimisión de Iglesias por teclear “la azotaría hasta que sangrase”, y
aprovechó que añadiera “soy marxista algo
perverso convertido en un psicópata” para tomarlo también al pie de la
letra y rematar: “Iglesias se considera
un perverso. Según la RAE, es alguien sumamente malo, que causa daño
intencionadamente. Que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de
las cosas. Además de un poco psicópata, añade. Psicopatía, a nivel
psiquiátrico, es una enfermedad mental. Es una anomalía psíquica por obra de la
cual, a pesar de la integridad de las funciones perceptivas y mentales, se halla
patológicamente alterada la conducta social del individuo que la padece”. No
sabe parar y ¡precisa el diagnóstico como “psicópata carismático”!: “Ellos destacan, entre otras
características, la falta de empatía, la mentira, el talento para manipular a los
demás, el egocentrismo y que son incapaces de sentir remordimiento o culpa”.
Por Dios, que le tripliquen el
sueldo y que vuelva.
ética y estética para ambos
ResponderEliminarEl problema es el de siempre.
ResponderEliminarQue la gente calla o habla según los interpelados sean los que ama o los que odia. El problema es que cuando han pasado episodios similares con políticos de otros partidos las personas que los odian se emiten juicios reprobatorios que podrían ser aplicables en este caso. Pero no se ven. Y la única diferencia es que el interpelado es 'de los propios'. Ese es el gran mal. Ese es el problema: Que a tantísima gente le importa un bledo la verdad, solamente está consumida de odio- y disfruta de los suyos humillando a los contrarios y se ofende cuando nominalmente ocurre a la inversa. Eso sí, los malos siempre son los otros, parece ser.
Saludos.