3/7/16

MARILÓ MONTVERO

No puede ser. Mariló Montero no puede irse de TVE. Mariló Montero es Televisión Española. Más concretamente, Mariló Montero es La 1, como Mamen Mendizábal es laSexta y Matías Prats es Antena 3. Nunca hubo una comunión tan estrecha entre una empresa y una trabajadora. Ese puntito rancio tan Mariló Montero, tan TVE. Ese no ser malo pero tampoco bueno tan TVE, tan Mariló Montero. Ese ser de derechas como un acto reflejo tan Mariló Montero, tan TVE. Ese magazine de barrio tan Mariló, tan La 1. Ese soy moderna pero a la que se tercie entrevisto a Normal Duval y le pregunto sobre su nueva revista en la Gran Vía con Juanito Navarro tan La 1, tan Mariló. Esa Mariló tan La 1. Esa La 1 tan Mariló.

Son la misma cosa. Dicen que los perros y sus dueños terminan pareciéndose con el tiempo. En el parecido entre Mariló Montero y La 1 no queda claro quién ha sido la mascota y quién el entrenador. Quizá haya sido el ente público el que ha ido moldeando lentamente ese espíritu de marca blanca que ha tenido la presentadora de las mañanas de La 1 desde hace siete años. O ha sido al revés, y fue Mariló Montero la que trajo consigo e inoculó en la televisión pública ese glamour de papel charol de cuando la EGB, ese “estoy para comerme” de todo a 1 euro que acabó, salvo honrosas y maltratadas excepciones, convirtiéndose en una de las señas de la marca TVE.

Por eso el anuncio de la marcha de Mariló Montero de La 1 me ha sacudido el alma y los conceptos más que la marcha de Vicente del Bosque de la selección española o la marcha de Íñigo Errejón de Podemos (NOTA: en el momento de escribir estas líneas esta última marcha aún no ha sucedido en sentido estricto); incluso, diré más, más que el propio cese temporal de la convivencia entre Jordi Hurtado y “Saber y ganar”, que nos dejó a todos más presagiantemente desasosegados que la aparición de Tippi Hedren y los pájaros -por ese orden- en Bodega Bay. Allá donde vaya Mariló Montvero llevará TVE consigo. No sólo en el matrimonio uno se une hasta que la muerte le separa. Que lo sepan sus futuros empleadores.

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