¿Al comienzo de “La Sexta Noche” no podrían informarnos de cuándo va a tener lugar la pataleta de Paco Marhuenda? Lo digo para poder ver ya este minuto en concreto sin necesidad de comernos las cinco horitas que dura el reality político de laSexta. La estructura es siempre la misma: el amado periodista se encuentra defendiendo que las grabaciones de Jorge Fernández Díaz no deberían hacer dimitir al ministro, o que Rita Barberá está bien donde está, o que Aznar es el único presidente de la foto de las Azores que no debe pedir perdón, y poco a poco se va viendo acorralado por las intervenciones de sus oponentes. Cuando ya está al borde del KO técnico, aprovecha cualquier interrupción por parte de otros contertulios o alguna anotación por parte del presentador para decir sus palabras mágicas “¿sabes qué? Que hables tú sólo, chico. Hala. Sí, sí, habla tú. A mí todo esto me da igual. Ya está bien de esta broma, hombre”. Y a partir de ahí se enfurruña y deja de hablar. Y si le piden que siga con su intervención se niega. “Ya no hablo más, ya no hablo más, hombre, que no”. E incluso aguanta un poco la respiración.
Al ocurrir todas las semanas hacia la misma altura del programa, se ha ido convirtiendo en un elemento identificativo como el diseño del plató o el lugar en el que se sienta cada opinador profesional. Es tan previsible, repetitivo y estructurado el episodio que se merece una sección propia dentro de “La Sexta Noche” dedicada sólo a esto. Con sintonía y cabecera propia. “La pataleta de Paco”. “Ea, ea, ea, Marhuenda se cabrea”. “El cisco de Francisco”. Algo así. Y debería formar parte de la escaleta del programa. Y los demás tertulianos se irían turnando semana a semana para ser los que realizan el trabajo secundario de desencadenar la perreta del periodista. Y seguro que habría marcas comerciales dispuestas a financiar esta sección: “Alucinógenos Manolita patrocina este espacio”, “Clásicos del Humor de Ayer y de Hoy les ofrece…”. Y con un poco de suerte -¿por qué no?- “La pataleta de Paco” podrían convertirse en el primer spin off de una tertulia política y tener su programa propio dentro de Atresmedia. Yo no me lo perdería.
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