Con los tertulianos y comentaristas políticos televisivos debería ocurrir como con los médicos. Existe una categoría de médicos -generalistas, de cabecera, de familia- que son los encargados de manejar los casos sencillos, las patologías no graves que presentan sus pacientes. Saben un poco de todo a costa de no saber muchísimo de nada, y son los profesionales adecuados para afrontar la mayoría de los casos que llegan a los sistemas de salud. Saben mucho de medicina general, y saben también algo más de extraordinaria importancia: saben cuándo deben inhibirse y derivar el paciente a un especialista porque el caso sobrepasa sus competencias y conocimientos.
Sin embargo, los tertulianos de familia se creen también dermatólogos, psiquiatras, oncólogos o neurocirujanos. Nunca derivan sus casos a tertulianos especialistas. Pilar Cernuda no entiende que ella es la persona adecuada cuando se trata de comentar la noticia del veto de la organización del Día del Orgullo Gay a los miembros del Partido Popular, pero que cuando se le pregunta por la polémica entre Greenpeace y cien premios Nobel a costa del arroz dorado transgénico debería decir “yo de eso no sé lo suficiente; le voy a dar un volante para que pida hora con Manuel Toharia y que él le conteste”. De la misma manera, Ana Pardo de Vera es la periodista a la que debemos acudir cuando queremos un comentario inteligente sobre los inmigrantes británicos en Benidorm que votaron a favor del Brexit porque no quieren que Gran Bretaña se llene de inmigrantes, pero ella misma debería ser la primera en encogerse de hombros y derivar a la audiencia a un especialista en terrorismo yihadista cuando se le pregunta por el atentado reciente en el aeropuerto de Estambul o en la heladería de Bagdad.
Hace falta una prueba TIR (Tertuliano Interno Residente) tras la que los contertulios elijan una especialidad u opten por dedicarse al comentario generalista de cabecera. No podemos seguir asistiendo al ridículo de Javier Sardá, Eduardo Inda o Cristina López Schslitinginsltch cada vez que comparten plató con alguien que sí sabe de lo que habla cuando habla del Daesh.
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