Cada capítulo de “Juego de
tronos” parece esforzarse más que el anterior en dar la razón a Maquiavelo
cuando decía que es mucho más seguro ser temido que amado porque, en general,
los hombres son ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que
son y mientras les haces favores son todo tuyos, pero cuando la necesidad te
viene encima, vuelven la cara. Casi todos los personajes de “Juego de tronos”
estarían de acuerdo con el autor de “El príncipe” en que los hombres vacilan
menos en hacer daño a quien se hace amar que a quien se hace odiar, y se
reirían de Platón cuando hace decir a Sócrates en el diálogo “Critón” que no se
debe responder con injusticia ni siquiera cuando se recibe injusticia, puesto
que la injusticia siempre es mala y vergonzosa para el que la comete. Cersei
Lannister, Petyr Baelish e incluso el insufrible Gorrión Supremo usarían el
“Critón” para equilibrar una mesa coja y leerían “El príncipe” con la misma
satisfacción con la que Ronald Reagan leía las Selecciones del Reader´s Digest.
Y, sin embargo, ahora mismo no me
preocupa tanto la concepción de la naturaleza humana que se sigue de las
conductas de Cersei, Petyr o el Gorrión Supremo como la manera de ver el mundo
de los mercaderes que venden pescado en “Juego de tronos”. Gracias al estupendo
documental “España, tierra de hielo y fuego” (Movistar +) nos enteramos de que
las escenas del mercado de Braavos que vimos en el primer capítulo de la sexta
temporada de “Juego de tronos” se rodaron en Girona y, además, el pescado que
se ofrecía en los puestos era de verdad y muy fresco. Es curioso saber que a
los extras de “Juego de tronos” se les clona en postproducción, mientras que el
pescado del mercado es fresco, sin trucos, efectos o retoques. Sabemos muchas
cosas del pescado de Braavos, pero no sabemos nada de los mercaderes de
pescado. ¿Son los mercaderes mejores personas que los señores, o los mercaderes
ven el pescado como Cersei o Petyr ven el poder? ¿Ese tipo que vende pescado en
Braavos estaría de acuerdo con Kant cuando decía que es conforme al deber que
el mercader no cobre más caro a un comprador inexperto, o vacilaría menos en
engañar a un cliente que se hace amar que a uno que se hace temer? Ya sabemos
lo que podemos esperar de una Cersei o de un Petyr, pero no sabemos si los
mercaderes de Braavos son kantianos o maquiavélicos. ¿Será el pescado la
continuación de la política por otros medios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario