6/6/16

EL BOSCO Y LAS BRAGAS DE VIVIAN


Con motivo de la exposición sobre El Bosco en el Museo del Prado que la semana pasada inauguró Felipe VI, Letizia, Beatriz de Orange y todos los espectadores de los telediarios, la obra del genial artista flamenco ocupó esos minutos de la basura que las cadenas televisivas suelen conceder a las cosas de la cultura. El arte, la literatura o incluso el cine si no se limita a mostrar a George Clooney caminando sobre una alfombra roja lo tienen muy difícil si quieren competir con Donald Trump o la actualidad venezolana. Pero El Bosco es diferente porque estar delante de “El jardín de las delicias” es como pegar la nariz al cristal de la ventana mientras nieva. Los cuadros de El Bosco son imbatibles, y su fascinación se mantiene, a diferencia de lo que ocurrirá con el tupé de Trump, a lo largo de los siglos. ¿Y por qué nos gusta tanto El Bosco si sus pinturas están llenas de gente rara haciendo cosas raras? Porque sí.

El filósofo francés Michael Onfray dice que no es posible el acceso a una obra de arte con las manos en los bolsillos. No entendemos a un chino que nos dirige la palabra si no dominamos su lengua, así que ignorar la lengua en la que está escrita una obra de arte nos priva de comprender su significado y hace imposible todo juicio estético. Tremendo. Pero resulta que en la película “Pretty Woman”, que sin duda conocerán, Edward lleva a Vivian a la ópera a ver “La Traviata”, y la encantadora acompañante del ricachón cree que no entenderá nada porque no sabe italiano. Vivian nunca había ido a la ópera, no sabía nada de Verdi y puede que no distinguiera el italiano del chino, pero a Vivian la música le llega al corazón, se emociona, aplaude y disfruta más que muchos de los que estaban sentados a su lado. ¿No ocurre lo mismo con El Bosco? ¿No creen que la pintura de El Bosco le llegaría a Vivian al corazón, a pesar de no saber nada de la pintura flamenca? Cuando termina la ópera, Vivian reconoce que le gustó tanto que por poco se mea en las bragas. Seguro que Beatriz de Orange no dijo eso en la inauguración de la exposición, pero El Bosco y “La Traviata” son de Vivian tanto como de Beatriz porque es posible mearse en las bragas viendo “El carro de heno” sin saber que un proverbio flamenco dice que el mundo es un carro de heno del cual cada uno toma lo que puede.

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