Estoy enfadado. Esta semana no pude
ver “En la tuya o en la mía” en La 1. Hay que fastidiarse. Y todo porque TVE
no solo rompió relaciones con la productora del espacio, sino que decidió no
emitir los programas grabados que aún no habían salido a antena. Con la ilusión
con que estos meses esperaba la llegada del miércoles para tomar una vez más la
alegre decisión de pasar de ese programa como de la mierda. Pero, ay, eso ya se
acabó. Sic transit miseria mundi.
Los directivos de RTVE han
guardado en un cajón para siempre la grabación de la entrevista a Agatha Ruiz de la Prada en la que
Osborne traicionó su confianza al dar cancha a Pedro J. Ramírez nada menos que en horario de máxima audiencia. Consideran
que emitiendo ese espacio no solo desaprovechan una bonita ocasión de censurar
lo que molesta, sino que corren el riesgo de que la gente recuerde que Ramírez
sigue vivo y coleando. Y eso no puede ser.
¿No puede ser? Qué vergüenza. Es
intolerable que esta TVE imperialista aproveche su poder retirando esa birria
de programa y coarte así el derecho que tenemos como ciudadanos a decidir no
ver a Osborne porque resulta insufrible. Igual que el revolucionario (y
revolucionaria) Stan reivindicó en
“La vida de Brian” que como hombre tenía derecho a que le llamaran Loreta, y exigía a todos (y todas) su
derecho a parir como símbolo de lucha contra el imperialismo romano, la
realidad y todo lo que se menea, aquí también queremos ponernos
reivindicativos. Pedimos que TVE deje de oprimirnos y cumpla su obligación de
servicio público emitiendo todos los programas grabados de “En la tuya o en la mía” por muy malos que sean. Lleva haciéndolo meses, a ver por qué ahora no.
Así nosotros (o nosotras) dejaremos de estar enfadados (o enfadadas) porque podremos
vernos liberados (o liberadas) como telespectadores (o telespectadoras) por la
decisión libérrima de nuestra voluntad soberana de decirle a Osborne y a sus
invitados (o invitadas) “romanus ite
domum”. Amén, hermanos (o hermanas).
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