Ese es el triunfo de Carlos
Lozano: encontrar trabajo para él y los suyos. Ha vuelto del olvido para crear
en un trimestre una familia televisiva con la rentabilidad de linajes de reconocido
desprestigio como los Matamoros o los Pantoja. En la última gala de “GH VIP”
intentaban atajarle: “No te has enterado
de que no has ganado. Tú no mandas aquí. Ya cuando tengas tu programa, harás lo
que te de la gana”. Pero Carlos Lozano sí ha ganado. No un premio, sino
sueldos. Carlos Lozano es un inconformista, un emprendedor, un tipo que
arriesga capaz de avanzar de lo malo a lo peor, de la telebasura a la
teleinmundicia con tal de asegurar un puesto de trabajo para él y los suyos.
Carlos Lozano es, en fin, un
romántico. Se encerró hace meses en “GH VIP” lejos de su novia. Nada más salir,
su novia marchó a “Supervivientes”. En medio, se reencontraron en un plató. Aun
estando en directo, encontraron un momento de intimidad para decirse unas
palabras nerviosas capaces de condensar su amor: “Mil ochocientos euros”. Es lo que ella ganará semanalmente en
“Supervivientes”. En “Granjero busca esposa” no dicen cosas tan bonitas.
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