31/3/16

SUPERCHICOTE


¿No lo notan ustedes también? Somos muchos los que llevamos días moviendo así la boca, notando en el paladar un regusto agradable a buena idea televisiva en horario de máxima audiencia, disfrutando de un postgusto sabroso a tele de la buena, paladeando un retrogusto delicioso a novedad en el saturado campo de los programas de cocina, cocineros y cocinillas. Es el buen sabor de boca que dejaron la otra noche los “Superalimentos” que presentó Alberto Chicote en Antena 3. Fue un espacio de elaboración sencilla y agradable de ver que, sobre todo, deja con ganas de más.

Supongo que entre temporada y temporada de “Pesadilla en la cocina” y “Top Chef”, en Antena 3 no querían tener desaprovechado a un animal televisivo como Chicote, así que le ofrecieron hacer unos programas especiales sobre alimentación a ver cómo salía el experimento. Pues que tomen nota: de rechupete. En “Granujas de medio pelo”, Ray Winkler (Woody Allen) prepara el atraco a un banco con la tapadera de una pastelería regentada por su mujer Frenchy (Tracey Ullman). Pero no contaban con que sus galletas caseras triunfarían y el negocio sería un éxito. En Antena 3 estarán ahora igual de desconcertados que el pobre de Winkler. A estas alturas no pueden decir que “El precio de los alimentos” estuvo bien de casualidad, que “Los mitos de los alimentos” fue un programa estupendo de carambola, y que “Superalimentos” dejó tan buen sabor de boca por pura coincidencia. Tienen entre manos un éxito que deben saber administrar.

Programas de cocina no hay muchos, hay demasiados. Sufrimos en silencio una pesada indigestión de programas de cocina. Chicote no es un científico ni un nutricionista, pero sabe conectar con la audiencia y es capaz de hablar de alimentos y explicar nutrición en hora de máxima audiencia sin provocar una estampida como hubiera hecho Eduardo Punset. Tal vez en Antena 3 deberían replantear su plan inicial de atracar un banco y apostar por seguir haciendo galletas caseras de las que tan buen sabor de boca dejan. Muevan así la boca, ¿no lo notan también ustedes?

30/3/16

JUDÁ Y JOHAN


El pasado jueves, TVE programó “Ben-Hur”, la inmortal película protagonizada por un Charlton Heston que nació para ser el príncipe Judá Ben-Hur como Harrison Ford nació para ser el arqueólogo Indiana Jones o Marilyn Monroe nació para ser la tentación que vive arriba. “Mi senda está trazada”, dice Judá en su oración antes de la carrera en la que se enfrentará al romano Mesala. Y a veces parece que es cierto. A veces parece que no se hace camino al andar, como nos dice Machado, sino que la senda hace al hombre. Johan Cruyff, por ejemplo, nació para jugar en el Barça, para entrenar al Barça y conducir al club a su primera Copa de Europa, para alumbrar un equipo que después perfeccionaron Guardiola y Luis Enrique y para convertirse en gurú de una manera de entender el fútbol. La senda que siguió Johan le convirtió en Cruyff.

No hay Semana Santa sin “Ben-Hur”. Pero, a partir de ahora, tampoco debería ser posible una Semana Santa sin que alguna cadena televisiva programe un partido de Johan Cruyff antes o después de que la historia de amistad, fe, venganza y redención protagonizada por Judá Ben-Hur llene nuestros corazones y mueva algunos de nuestros actos cotidianos. Es un buen plan. Una tarde con “Ben-Hur” y el partido en el que Johan Cruyff marcó un gol de espuela al Atlético de Madrid después de un vuelo imposible nos convierte en mejores personas. La cara de Judá cuando ofrece agua a Jesús de Nazaret camino de la cruz y el gesto de Johan en el banquillo con un Chupa-Chups en la boca nos permiten entender la fragilidad del Mesías y la fuerza del entrenador. La majestuosa planta de Judá presentándose ante Mesala como Arrio el Joven y la desmadejada pero tierna imagen de Cruyff intentando saltar una valla después del gol de Koeman en Wembley explican mejor que nadie los secretos de la elegancia en el ser y en el estar. La dignidad del galeote XLI ante el cónsul Quinto Arrio y la serena fuerza del creador del “Dream Team” cuando le echaba la bronca al delantero Hristo Stoichkov nos animan a permanecer en pie ante los que quieren doblarnos y a ser firmes con los que intentan que volvamos la cara. Judá Ben-Hur y Johan Cruyff, nos vemos el año que viene en la programación televisiva de Semana Santa.

29/3/16

JORDI, TENEMOS QUE HABLAR

Hola, Jordi Évole… No… No pasa nada… Es que… bueno. Creo que tenemos que hablar. A veces tengo la sensación de que… ¿tú no? ¿Para ti va todo bien? No sé… No pongas esa cara. Claro que “Salvados” me sigue gustando. Y mucho. De verdad. Sólo es que… Bueno, supongo que es normal. Los programas van cumpliendo temporadas y es normal que se apague un poco la llama del comienzo. Hoy me dio por pensar que a lo mejor últimamente estamos un poco fríos. Es que, verás… Este domingo, cerca de la hora de cenar... Nuestra hora de siempre, Jordi… Y me dije, “oye, voy a ver ‘Salvados’”. Y no lo había… Y me extrañó y lo miré en internet. Y resulta que la temporada se había terminado semanas atrás. Y yo no me había enterado…

Y eso no era así al principio, Jordi. Algo nos está pasando. ¿Te acuerdas del principio? Pufff, yo me pasaba la semana esperando el “Salvados” del domingo. Y hacía planes para la cena del domingo en función de que hubiera o no “Salvados”. Y… Y… Y siempre sabía el tema del que ibas a hablar, y no había día que no flipara, y luego lo comentaba con los amigos el lunes y el martes… El programa sobre ETA. Y el del metro de Valencia…

Que de verdad que “Salvados” me sigue gustando… Te lo juro. Me pareció estupendo el programa sobre las fábricas de ropa en el sudeste asiático. Y el del amianto. Y el de aquellos que trabajaban en aquella carreta en la época de Franco o algo así. Sólo es… ¿No sabes? Que noto esos pequeños detalles que aparecen cuando una relación comienza a enfriarse. Pequeños olvidos… Incluso algún zapeo. Que a lo mejor es lo normal y estoy aquí con la picha hecha un lío comiéndome la cabeza a lo pijo. ¿Tú qué opinas? A lo mejor podríamos esmerarnos un poco más los dos para la próxima temporada. Sí, sí, los dos… Yo también. Quería hablarlo contigo. No, por dios, no me han empezado a gustar otros programas diferentes del tuyo. ¿El de Bertín? Calla, hombre… Para mí sigues siendo el mejor programa de la televisión actual. Pero, bah, entiéndelo… ¿No crees que…? Bueno, nada, déjalo... Déjalo, déjalo. Sólo son tonterías mías.

28/3/16

AGUR, IÑAKI


Pues eso, Iñaki López. Que me vais a perdonar, pero dejo de ser espectador de “La Sexta Noche”. Despídeme de Andrea Ropero. No creas que no lo siento, porque las tertulias políticas siempre me han resultado interesantes, y Andrea y tú hacéis muy bien vuestro trabajo. A base de seguridad, paciencia infinita y buen criterio, consigues que parezca fácil moderar un programa complicadísimo. Me interesan las entrevistas y la opinión de los contertulios, sea o no semejante a la mía. Pero he llegado a mi límite de tolerancia con Eduardo Inda. No tiene nada que ver con diferencias ideológicas. Seguro que me crees. Muchas otras veces se me había pasado la idea por la cabeza, pero lo ocurrido el pasado sábado terminó de decidirme.

Paso por el Inda que convierte todo en un enfrentamiento personal, el Inda demagogo, el tergiversador, el de las medias verdades, el que hace el ridículo una de cada dos veces que habla, el obsesivo patético. Aguanto con esfuerzo al Inda sobradete, al que no deja hablar a nadie y exige que todo el mundo le deje hablar a él. Soporto a duras penas, pero lo soporto, al Inda mentiroso, al tramposo, al miserable. Pero, cuando anteayer sacó a relucir el historial delictivo del padre de uno de los contertulios como último recurso para descalificar sus opiniones, el programa completo se desequilibró hacia el lado malo por muchas otras virtudes interesantes que tuviera. Hice memoria, y al no poder recordar un momento más sucio en mi larga trayectoria de aficionado a las tertulias políticas, decidí algo tan sencillo como no volver a ver nunca más “La Sexta noche”. Pulsé el botón del mando a distancia y me invadió una gran sensación de alivio.

No sé lo que pasó después. Supongo que le echarías del plató, o se disculparía o lo que fuera. Ya me da igual. Recordé a un viejo amigo, que tomó esta misma decisión meses atrás y desde entonces repite que “de Eduardo Inda también se sale”. Espero que os vaya muy bien a Andrea y a ti. Seguro que volveré a ver tu buen trabajo en otros programas, pero juro que ya no en “La Sexta noche”. Agur, Iñaki. Un abrazo.

27/3/16

VERDADERA HIPNOSIS E HIPNOSIS VERDADERA


No es verdad eso que dicen acerca de que en español el adjetivo puede ir colocado indistintamente antes o después del sustantivo. No es lo mismo que una sociedad se libre de sus corruptos políticos que se libre de sus políticos corruptos. No es lo mismo pasear por las empinadas calles de San Francisco que pasear por las calles empinadas de San Francisco. Mismamente, el gran éxito de audiencia de esta semana fue un bodrio emitido por Antena 3 titulado “1, 2,3, Hipnotízame”. La red se llenó de comentarios indignados quejándose de que los famosetes participantes estaban obviamente fingiendo su hipnosis en complicidad con el show que les exigía dicho teatro. Se lamentaban los twitternautas de que Atresmedia estuviera engañando a los espectadores al no ofrecerles una verdadera hipnosis. Pero se equivocaban. Porque lo que vimos en “1, 2, 3, Hipnotízame” fue una verdadera hipnosis. Lo cual, por supuesto, no quiere decir que fuera una hipnosis verdadera.

Por definición, la hipnosis es una farsa compartida por el hipnotizador y el hipnotizado, que en ocasiones requiere de un acuerdo oculto entre ambos, pero que en la mayoría de los casos sólo necesita que a un individuo narcisista y sugestionable se le dé la ocasión de interpretar el papel de durmiente. Estoy seguro de que el Monaguillo, y Mario Vaquerizo, y Anabel Alonso, no pactaron nada en secreto con el maestro hipnotizador Jeff Toussaint (pfff… jua, jua, jua). Pero no porque Jeff posea la maestría de inducir el trance disociativo en las susodichas estrellas de la televisión, sino porque a estas alturas del show bussiness la farsa es el estado por defecto en el que se encuentra la práctica totalidad de los personajes televisivos.

“1, 2, 3, Hipnotízame” fue un patético espectáculo de verdadera hipnosis, es decir, de hipnosis falsa. Su éxito de audiencia permite adivinar que volveremos a ver pronto programas de este tipo en Antena 3, y que los programadores de esta cadena van a dejar de centrarse sobre sus espectadores tontos para volcarse completamente en divertir a sus tontos espectadores.

25/3/16

ISLAM, HOY


El estímulo es un atentado y la respuesta puede ser despotricar contra el islam. No hace falta ni pensar. La información del atentado llega a los sentidos, se disparan unos impulsos nerviosos que llegan a la médula espinal y, antes de que prosigan su camino hacia el cerebro, antes de que reflexionemos sobre lo ocurrido, antes en realidad de que lleguemos a saber qué pasó, ya sale automáticamente la respuesta hasta la mano que teclea algo contra el islam. Si la cosa fuera tan sencilla, si el islam fuera la causa y los atentados el efecto, habría que eliminar automáticamente el programa “Islam hoy” que emite La 2 los domingos por la mañana en la que un Estado democrático y aconfesional pone sus recursos al servicio del proselitismo islámico. Pero la cosa no es tan sencilla. El islam no es la causa y los atentados el efecto. Hay que ampliar el foco y añadir elementos históricos, sociales, políticos, económicos.

Por lo mismo, siendo el estímulo un atentado, la respuesta puede ser despotricar contra el monoteísmo. No hace falta ni pensar. La información del atentado llega a los sentidos, se disparan unos impulsos nerviosos que llegan a la médula espinal y, antes de que prosigan su camino hacia el cerebro, antes de que reflexionemos sobre lo ocurrido, antes en realidad de que lleguemos a saber qué pasó, ya sale automáticamente la respuesta hasta la mano que teclea algo contra el monoteísmo. Si la cosa fuera tan sencilla, si el monoteísmo fuera la causa y los atentados el efecto, habría que eliminar automáticamente la ristra de programas que emite La 2 los domingos por la mañana (y otros muchos más en navidades o Semana Santa) en los que un Estado democrático y aconfesional pone sus recursos al servicio del proselitismo monoteísta. Pero la cosa no es tan sencilla. El monoteísmo no es la causa y los atentados el efecto. Hay que ampliar el foco y añadir elementos históricos, sociales, políticos, económicos.

Habrá quien esté de acuerdo con ambas conclusiones. Habrá quien esté en desacuerdo. Lo desconcertante es que haya quien estando de acuerdo con la segunda, esté en desacuerdo con la primera.

24/3/16

ANUNCIANTES Y ESPECTADORES Y VICEVERSA


Los atentados de Bruselas matan, hieren, destrozan. Alguien tuitea: “Y ahora me qitan #mhyv... Todo por culpa de los sisis esos asesinos yo queria ver el capitulo d hoy q para algo he madrugao #mecagoenlosmoro”. ¿Esas tenemos? Pues boicot. Los atentados obligan a tomar decisiones duras que ponen patas arriba la vida de miles de personas. Otro tuitea: “Joder y estan poniendo sta mierda de bruselas en bez de myhyv, a kien coño le importa”. ¿Ah, sí? Boicot. El suelo se hunde, los ríos no fluyen, el aire ahoga. Otro tuit: “que asco no ponen #myhyv por una explosión de nada, que culpa tengo yo de que se mueran a ver pffff”. Pues vale. Boicot, boicot y boicot.

En serio: las empresas que se anuncian en “MYHYV” deberían boicotear a estos espectadores de mierda negándose a venderles sus productos. ¿Quieren escribir “@myh_tv y a mi que me importa lo que haya pasado en bruselas maxo si aki no ha pasao na.....”, añadir “Cómo se os ocurre quitar myhyv por lo del atentado en Bruselas?? POR FAVOR eh no se hace nada bien, qué poco nos preocupamos por los demás”, y concluir “Cagoen, hoy no hay myhyv, ojala se muriesen todos los de las noticias y así lla no hablarían de esa mierda de explosión”. Muy bien, que escriban lo que quieran, pero las empresas deberían negarse a aceptar su sucio dinero, deberían negarse a colaborar con estos imbéciles recogiendo su dinero para entregarle una parte al programa que los hace felices.

Este ya no es un problema de “MYHYV” ni de Telecinco. Como otros programas y otras cadenas, solo hicieron lo que debían adaptando la parrilla a las terribles circunstancias del día. Este es el problema de un grupo de tarados que no puede ser la mayoría que sigue y sustenta “MYHYV”. Las empresas anunciantes, Telecinco y el programa mismo deberían parar los pies a espectadores que dicen “Cabroneh poned #MYHYV q a mi to esto me suda la pollaaaa josdeputa” y contestarles “No en vuestro nombre. No con vuestro dinero”.

23/3/16

EL PERIODISMO Y HOMERO


De acuerdo. Los periodistas ya no son como el fumador, desaliñado, áspero y sentimental Jesús Expósito de la estupenda serie “El Caso. Crónica de sucesos” (TVE), pero Expósito puede hacer por el periodismo lo mismo que los protagonistas de “El Ministerio del Tiempo” (TVE) hacen por la historia. No digo que las facultades de Periodismo se vayan a llenar de jóvenes que aspiran a convertirse en Expósitos con blog, del mismo modo que no creo que las facultades de Historia estén recibiendo a muchos alumnos que quieren viajar por el tiempo para conocer a Lope de Vega, pero series como “El caso. Crónica de sucesos” y “El Ministerio del Tiempo” pueden ayudar a cambiar la percepción del periodismo y de la historia de forma que los ciudadanos nos rebelemos contra los que intentan que creamos que el periodismo tiene algo que ver con “Sálvame” y contra los que quieren convencernos de que la historia tiene mucho que ver con los extraterrestres o las conspiraciones urdidas por una élite ultrasecreta y a la vez conocidísima. También creo que la periodista Clara López es un personaje tan interesante como Alice Avril, la periodista metomentodo de “Los pequeños asesinatos de Agatha Christie” (La 2).

Clara y Alice son dos mujeres que, como las mujeres en la “Ilíada”, tienen un papel destacado en un mundo muy masculino. Si las mujeres tienen una gran presencia tanto en Troya como en el campamento aqueo, Clara y Alice tienen también una gran presencia en la redacción de “El Caso” y en las investigaciones que lleva a cabo el inspector Swan Laurence. Es cierto que el mundo de “El Caso” es más duro que el mundo de “Los pequeños asesinatos de Agatha Christie”, y que la relación entre Alice y Swan es más divertida que la relación entre Clara y Expósito, pero el mundo de las mujeres de Troya también es diferente del mundo de las mujeres del campamento aqueo y la relación entre Andrómaca y Héctor es muy diferente de la relación entre Aquiles y Briseida. Clara y Eva no son amazonas que viven en la periferia del mundo griego, sino mujeres que escriben, investigan, piensan, ríen y tienen mucho que decir en la “Ilíada”. Ojalá “El caso. Crónica de sucesos” y “Los pequeños asesinatos de Agatha Christie” hagan por los poemas de Homero lo mismo que hacen por el periodismo.

22/3/16

PARÁLISIS INDUCIDA POR LA BBC

Perdonen, ¿hay algún médico entre los lectores? Es que no me encuentro muy bien. No quiero asustar a mi familia. Pero no me puedo levantar del sofá. Acabo de terminar de ver la primera temporada de “Happy valley”. Y me he quedado paralizado. Me llevó un rato largo poder mover ligeramente los dedos lo suficiente como para poder teclear en el portátil. Tengo la costumbre de tenerlo posadito en el regazo por si tengo que tomar alguna nota mientras veo mis series favoritas. Así es como estoy escribiendo esto.

Tenía que haber tomado precauciones. Al término de cada capítulo sobre la espantosa y bellísima historia de la sargento de policía Catherine Cawood ya notaba una cierta dificultad para volver a la vida real. Pero no podía imaginar que el capítulo final tendría la intensidad que tuvo. Por muy realista que sea una serie, los directores siempre la cortan con un poco de ficción narrativa. A veces en la trama. O en los personajes. O en la realización. Siempre hay un poquito de mentira para hacer más tragable la verdad. Y entonces llega “Happy valley” y te mete en vena realidad en estado puro, cien por cien limpia, contando una historia horrorosa que hace que Catherine se convierta en tu amiga para toda la vida. La mayor parte de las personas que conozco es menos real que esa sargento de policía inexistente. ¿Por qué cuanto más realista es una serie más difícil se nos hace volver a la realidad cuando terminamos de verla?

Y así estoy ahora. Tengo que levantarme para hacer la comida. Pero yo sigo recorriendo las carreteras de West Yorkshire. Tengo que ocuparme de mis propios hijos. Pero no puedo dejar de pensar en el pequeño Ryan. Siento las heridas de la sargento Cawood como mías. Me palpo el abdomen buscando el bazo. No paro de fantasear con formas de vengarme de Tommy Lee Royce. Intento levantarme del sofá pero no puedo. ¿Saben si está descrita alguna forma de parálisis inducida por la visión de buenísimas series de la BBC? ¿Qué pronóstico tiene? ¿Cuánto va a durar? ¿Algún médico puede ayudarme?

21/3/16

LA BANALIDAD DE LA TELEBASURA

Pues claro que no es tonta. Eso es lo que vuelve la cuestión terriblemente problemática. Si toda la peña que rodea “Sálvame” y “Gran Hermano” y "Mujeres y hombres y viceversa" estuviera compuesta por débiles mentales entonces el problema moral que supone la existencia de Jorge Javier Vázquez y Mercedes Milá y Emma García sería muy sencillo de resolver. Pero no lo son. Ylenia Padilla –una de este pelaje- acaba de someterse a un prestigioso test de inteligencia y ha alcanzado un cociente intelectual de 130, superior al 96-97% de la población. No son tontos. Ojalá lo fueran. Pero son mucho más listos que muchos escritores y columnistas que miramos ese mundo por encima del hombro.

Como ven, estoy usando en estas líneas una paráfrasis de la famosa tesis sobre la banalidad del mal que Hannah Arendt desarrolló respecto del nazismo. Lo terrible del nazismo, argumenta Arendt, es que fue llevado a cabo por personas normales, amables con sus vecinos, cariñosas con sus hijos, pertenecientes en aquel momento al pueblo más culto de la historia de la humanidad. No cabe barrer el espanto que supuso el nacionalsocialismo bajo la debilísima apelación a que el Estado alemán fue caprichosamente ocupado por una horda de ciudadanos profundamente sádicos y malvados. Ojalá hubieran sido unos monstruos sanguinarios: tendríamos todos los interrogantes morales que plantea el nazismo satisfactoriamente resueltos.

Pero no lo fueron. Gente buena participó en uno de los regímenes más espantosos de la historia. Y gente inteligente está detrás de la televisión más idiota que jamás ha existido en Occidente. Ylenia debería leer a Arendt antes de pavonearse por el CI de 130 que ha conseguido en el gabinete de evaluación psicológica en el que se ha convertido “Sálvame Deluxe” –el polígrafo, pruebas de CI, ¿qué va a ser lo siguiente?-. Pero también deberíamos leer a Arendt los críticos de televisión para evitar la ligereza y la falsa superioridad intelectual con la que con frecuencia damos por ventilado un fenómeno socialmente tan preocupante como la telebasura. Dice "hasta nunqui" pero no es tonta.

20/3/16

ÁMAME, SOY UN LIBERAL


Tras el éxito de “No soy racista, pero…” y “No soy machista, pero…” llega “Soy liberal, pero…”. Una nueva versión del clásico “Excusatio non petita, accusatio manifesta” traducida al moderno formato “Excepción no pedida, acusación manifiesta”. Su lanzamiento oficial tuvo lugar con motivo del estreno del programa “Cintora, a pie de calle” (noche de los lunes en Cuatro) del periodista Jesús Cintora, que vuelve a la cadena en la que había sido cesado hace apenas un año como presentador de “Las mañanas de Cuatro”.

Fue este estreno (dedicado a la economía sumergida y titulado “Vivir en negro”) el que hizo posible la escenificación de un “Soy liberal, pero…” de manual. El economista Daniel Lacalle, habitual defensor del neoliberalismo en programas sobre política y economía, denunciaba tras la emisión del espacio que es defensor de la libertad de editar, pero… habían manipulado sus palabras; que han sacado otras intervenciones palabra por palabra y le parece muy bien, pero… a él le habían editado de modo agresivo; que concede y firma la libertad de edición, pero… hay que ser por lo menos equidistante; que le parece muy bien que cada uno haga lo que quiera porque es defensor del libre mercado, pero… que no se haga una edición tan desequilibrada. En definitiva, que es defensor del liberalismo, pero… cuando es él quien nota en sus carnes que quien tiene la sartén por el mango puede freír sin contemplaciones a quien no puede defenderse, ya no le gusta tanto y suspira por el equilibrio y la equidistancia, ¿será eso la igualdad?

Si Cuatro buscaba lanzar el programa con la polémica, les ha salido mal: apenas ha trascendido y “Malditos deberes”, la entrega de mañana, no sale con ventaja. A ver si Lacalle tiene más suerte y el deslumbrantemente siniestro Julián Hernández o el oscuramente luminoso Nacho Vegas lo incorporan en sus brillantes versiones del “Love me, I'm a liberal” de Phil Ochs: “Defiendo el libre mercado, pero menos al editar. Ámame, ámame, ámame, soy un liberal”.

19/3/16

EL KARMA EN PAZ


Tratamos injustamente a Paz Padilla. Y no tiene fácil arreglo: “Me llamo Earl” nos enseñó que, hagamos lo que hagamos, la vamos a liar. Como exista esa gilipollez de karma no hay escapatoria. ¿Cómo corregir la injusticia cuando esta consiste en no haberle dado a Miss Padilla la leña que se merece? ¿Cómo mejorar el karma cuando reparar nuestro error nos obligaría a ser despiadados con ella?

Ser justo con Padilla no es fácil. Es cierto que no saca la nariz (no seamos estúpidamente crueles, mejor los pies) de “Sálvame”, pero el presentador oficial sigue siendo Jorge Javier Vázquez. Y con una antena así al lado que atrae todos los rayos y centellas que se lanzan al actual referente oficial de la telebasura en España, no es fácil hacerle llegar la ración de maldiciones que le corresponde. Hay, además, otros personajes que por temporadas se ponen muy pesaditos y reclaman una atención constante para recibir su merecido (ahí está Bertín Osborne, que después de repetir -incluido el martes en “El hormiguero”- que no se va de TVE por dinero, se confirma su marcha con la noticia de que en Telecinco ganará mucho más. Vale, chavalote, te creemos, solo que algo salió mal en la negociación y tendrás que soportar ganar más contra tu voluntad). También hay cadenas con tal afán de protagonismo que ya no saben qué hacer para ser el centro de atención (como TVE, cuya última auditoría muestra un caos de irregularidades, errores y chanchullos de esos que en cada telediario algún responsable político asegura que ya no ocurren porque se han tomado medidas para que no se repitan. Vale, chavalotes, también nos lo creemos).

Aun así, intentaremos ser justos con Padilla. Por ejemplo, contando cómo la presentadora cotilla del epicentro cotilla de la cadena cotilla, sigue callada cuando se trata de hablar de su novio, primero detenido e imputado por fraude, y que ahora declaró ante la jueza Mercedes Alaya acusado de dos delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos. Ay, Paz, como se entere tu karma de lo mal que quieres para ti lo que tan bien quieres para los demás.

18/3/16

"CUÉNTAME CÓMO MURIÓ"


“El Caso” es el “Cuéntame cómo pasó” del mundo del crimen. Una serie bien interpretada, muy bien realizada, aceptablemente escrita, pero en donde todos los elementos de la figura están al servicio del fondo. Ésta –la relación entre fondo y figura- es una vieja tensión que se manifiesta de diferentes maneras en diferentes artes. Es obvia en la pintura. Se convierte en el diálogo entre música y letra en las canciones. En la literatura aparece transmutada en el enconamiento entre estilo y argumento. Y en el cine y las series de televisión el pulso entre figura y fondo toma la forma de un pulso entre trama y ambientación. Clásicamente la figura vencía al fondo, la letra a la música, el argumento al estilo. Pero los avances en la calidad de las series de televisión de las últimas décadas no han hecho mejorar por igual ambos extremos, de forma que la mejoría en los efectos especiales, en la ambientación, en la forma como se crean y se recrean diferentes climas, ha progresado exponencialmente, mientras que el acierto y la contundencia del guion limpio, de los sucesos narrados, se mantiene constante al no beneficiarse del apoyo de adelantos técnicos. El resultado son series sólidas y meritorias, pero en donde el telón de fondo sostiene más la obra que los figurines que se pasean delante de él.

Y al término de “El crimen del abrevadero” queda un regusto más relacionado con el paisaje ético y estético de la España de los años 60 que con el curso y la resolución del asesinato de una prostituta a manos de un militar norteamericano. Como en “Cuéntame cómo pasó”, el argumento es un macguffin para proponer una revivencia del pasado en complicidad con los recuerdos del espectador, aunque, a diferencia de la amable serie sobre la familia Alcántara, “El Caso. Crónica de sucesos” ofrece una conmemoración final profundamente gélida y sombría. Qué pena que a la gente sencilla nos sea imposible distinguir memoria de historia y librarnos de las trampas de los recuerdos; sólo así podríamos saber cuál de las dos series retrata más fielmente lo que fueron aquellos años de inocencia y miedo.

17/3/16

OFÉNDASE USTED

¡Hala, ya se han vuelto a ofender algunos espectadores! ¿Qué ha sido esta vez? ¿El asesino de alguna serie es taxista y eso ha provocado la enérgica protesta de la Confederación Estatal de Empresarios del Taxi? ¿Alguien en un informativo ha colocado a Mayorga de Campos en la provincia de León y no en la de Valladolid, dando lugar a una avalancha de tuits indignados de mayorganos que exigen la dimisión del ministro del ramo? ¿En algún monólogo de “El club de la comedia” un humorista ha contado que una vez se atragantó con una patata frita y la Asociación de Afectados por Atragantamientos con Patatas Fritas y Otros Snacks le reclama una indemnización y disculpas públicas emitidas en la misma cadena en el mismo horario? Ah, no, esta vez la culpa la tiene “El Ministerio del Tiempo”, que ha puesto las voces "Sangenjo" y "La Coruña" en boca de un personaje castellanoparlante… ¡ya tenemos enfadados en Twitter a un carallo y medio de gallegos que lamentan su ofensa y el dolor que les ha producido semejante fonética!

Claro que sí. Ofenderse es tan fácil y la sensación de merecer un resarcimiento es tan gratificante… Basta con exigir algo tan elemental y justo como que en todos los ámbitos de nuestra vida nada desaire la construcción que tenemos de nosotros mismos, y eso hoy en día incluye nuestro equipo de fútbol, nuestro índice de masa corporal, nuestra religión, nuestros gustos gastronómicos, nuestra profesión, nuestras enfermedades, nuestro tinte de pelo o la transcripción fonética con la que nos referimos a las ciudades en las que vivimos. “¡Han dicho ‘Sangenjo’ en vez de ‘Sanxenxo’! No llores, mamá, vengaré tamaño agravio y semejante ofensa. ¡Me van a oír en tuiter! Qué dura es la lucha por la libertad”.

(Epílogo: Si “El Ministerio del Tiempo” hubiera conseguido traer a Sigmund Freud hasta 2016, el psicoanalista podría haber tuiteado el lunes una de sus sentencias más famosas: “la escala de tu personalidad se mide por el tamaño del problema que es capaz de enfadarte”. Tiene menos de 140 caracteres y hubiera frenado en seco tanta ofensa, tanta sensibilidad fina y tanta memez).

16/3/16

LOS DIOSES ESTÁN LOCOS


Francis Underwood, el presidente que los Estados Unidos necesitan y merecen (al menos, según Francis) de “House of Cards”, es dios. Al menos, un dios griego. Los dioses griegos, como Phil Connors en “Atrapado en el tiempo”, son muy sabios no porque sean omniscientes, sino porque han vivido mucho tiempo y ya lo han visto y oído todo. Francis y Phil no tienen el don de la ubicuidad, pero ha estado en todas partes. Phil y Francis no diseñan el futuro, pero conocen gran parte de lo que va a suceder. Francis Underwood es el dios que gobierna Estados Unidos, y Phil Connors el dios que hace y deshace en Punxsutawney. Ni Francis ni Phil son omnipotentes, sino que llevan tanto tiempo en la política y tanto tiempo viviendo el día de la marmota que lo saben todo. Es conveniente prestar atención a lo que Phil dice acerca de Punxsutawney. Es muy conveniente prestar atención a lo que Francis dice acerca de la política.

Hay un detalle que acerca más a Francis Underwood a los dioses griegos. El presidente de los Estados Unidos no come ni bebe cosas normales, sino que bebe vino carísimo o whisky también carísimo y come extraños bocadillos o no come nada de nada. Los dioses griegos se alimentan de néctar y ambrosía, no de agua y carne. Cuando era congresista, Francis Underwood frecuentaba “Freddy´s BBQ Joint” para comer costillas. Ahora que es presidente, no. Si en “Friends” o “Big Bang” nos sorprende que sus protagonistas se pasen la vida comiendo, bebiendo y charlando en bares y salones, de forma que nadie sabe cuál es el trabajo de Chandler ni casi nunca vemos a nuestros físicos favoritos trabajando de verdad, lo que nos sorprende de “House of Cards” es que Francis Underwood y todos los que le rodean comen y beben política y poder, que es el néctar y la ambrosía de los dioses del Congreso. Francis no come lo que comemos los mortales, Claire no prueba bocado, Doug Stamper sencillamente no vive, la estratega Leann Harvey sólo se alimenta de ambición… Al menos, Phil Connors comía bien en Punxsutawney, y aprendió francés, a tocar el piano y a hacer esculturas de hielo. ¿De qué demonios le sirve el poder a Francis si sólo se alimenta de néctar y ambrosía y no tiene tiempo para aprender a hacer esculturas de hielo? Los dioses están locos, a no ser que vivan en Punxsutawney.

15/3/16

DE WYOMING A BERTÍN OSBORNE


Hace unos años molaba descolocar a la peña diciendo que no había que darle tanta importancia a la tele porque es solo un electrodoméstico más, como una secadora, una lavadora o una aspiradora. Lo decía, por ejemplo, Wyoming, para quitarle hierro al tonto revuelo que producía alguno de sus programas en tiempos en que se formaban tontos revuelos con demasiada facilidad. Wyoming siempre fue un tipo listo, pero se equivocaba. Que la tele no es solo un electrodoméstico sino mucho más lo demuestra el hecho de que el Parlamento no discute sobre lo que se hornea en los hornos, se bate en las batidoras o se fríe en las freidoras, pero sí sobre lo que se ve en la tele.

Pero no es solo el Parlamento. Todo lo que se mueve alrededor de la tele, que muchas veces no llegamos a saber, demuestra que frigoríficos, lavavajillas y exprimidoras tendrán su importancia, pero la tele es mucha tele. David Bowie lo sabe, y Wyoming también, hay cosas en la noche que es mejor no ver: hace veinte años que “El peor programa de la semana”, el inolvidable, alevoso y nocturno espacio dirigido por Fernando Trueba y presentado por Wyoming, fue fulminantemente borrado de la parrilla de La 2 porque iba a entrevistar en directo al escritor Quim Monzó, y los guardianes de la patria temían que pudiera hacer chistes sobre la Familia Real.

Hemos ido a peor. Produce desolación saber que “En la tuya o en la mía”, el colmo de la caspa, la cima de la tele rancia y babosa, el no va más de la frivolidad hipócrita disfrazada de campechana tontería, no renueva con TVE por ser lo que es, sino por resultar un espacio excesivamente transgresor, rupturista e incómodo para el poder: grabó una entrevista en la que daba la palabra durante unos minutos a Pedro J. Ramírez y eso no gustó al PP. ¡Oh, Dios de las televisiones!, ¿de verdad eres tan cruel que vamos a tener que seguir a Bertín Osborne para estar a la última en el áspero campo de la actualidad televisiva?

14/3/16

COMPIYOGUI TV


Eldiario.es publica varios mensajes entre los reyes y su amigo el empresario López Madrid, uno de los imputados por las tarjetas black de Caja Madrid; mientras, los informativos de TVE y de Mediaset remolonean para no contarlo. A Iñaki Gabilondo esta protección a la monarquía le parece una actitud contraproducente que le causa más daño que beneficio. A los trabajadores del Consejo de Informativos de TVE les parece un ejercicio de antiperiodismo ocultar estos mensajes que son un asunto de interés público. En eldiario.es dicen que solo han publicado seis mensajes, pero tienen más que no publican porque forman parte de la vida privada de los reyes. ¿Privada?

En el caso de los súbditos no, pero en el caso de los reyes la vida privada y la vida pública son lo mismo. Su tiempo libre sería vida privada si fueran súbditos, pero no lo es mientras sean reyes: los reyes lo son a tiempo completo, no a intervalos, y no solo sus actos públicos tienen relevancia. Los aspectos más privados en cualquier otra persona (su metabolismo, su digestión, su salud y el importantísimo componente reproductivo que tiene su sexualidad) son, en los reyes, asuntos de Estado con mayor trascendencia política sobre los españoles que la mayoría de los vacíos actos protocolarios que protagonizan.

La tele cuenta que Julián Contreras tiene depresión, que Mila Ximénez va a “Supervivientes”, que Marta Sánchez tiene complejo de tetona, que el pequeño Nicolás no sabe situar Australia en el mapa, que Paz Padilla llora ante el abrazo y las palabras de María Teresa Campos para zanjar su polémica, que en “Casados a primera vista” Cristina se refugia en José Ramón y Alberto tras romper con Tito, que en “Un príncipe para tres princesas” Yiya se va con Borja, Rym con David y Marta se va sola, que Alejandro Nieto de “GH VIP” gana 1.100 € netos en cada bolo, pero remolonea para no contar los mensajes reales. Será que es menos importante la relación entre la Familia Real y la élite económica envuelta en casos de corrupción o los euros netos que ganan los reyes en sus bolos.

13/3/16

JORGE SANZ EN ATACAMA


Con periodicidad cíclica, cada cinco años tienen lugar en el planeta dos fenómenos excepcionales de la naturaleza: la floración de las patas de guanacos en el desierto chileno de Atacama y la emisión en la televisión española de un nuevo capítulo de “¿Qué fue de Jorge Sanz?”. Ambas maravillas son más parecidas de lo que pudiera parecer en un primer momento: en los dos casos se trata de prodigios fascinantes que brotan en medio de condiciones durísimas. En los dos casos han sido necesarios muchos años para que muy lentamente se vayan acumulando las condiciones que las van a hacer posibles. Y sobre todo en los dos casos los espectadores de los fenómenos quedan absolutamente fascinados por lo que están viendo.

Las patas de guanacos son unas flores chilenas de belleza y sencillez extremas. Durante cinco años sus semillas permanecen latentes y dormidas bajo la tierra del desierto más árido del mundo. Y de pronto, gracias a los aires y a la humedad que trae a la costa pacífica de América del Sur ese fenómeno meteorológico llamado “el Niño”, las semillas explotan y Atacama se tiñe de un color rosa intenso. También durante cinco años Jorge Sanz –y su representante Eduardo Antuña- permanece dormido en cualquier sitio menos una cama en medio del erial que compone la ficción televisiva nacional, hasta que el Niño Trueba David- sopla, Jorge se despierta, comienza a sonar un tristísimo saxofón, y nos encontramos con un nuevo capítulo milagroso de la mejor serie española de periodicidad quinquenal.

Después las patas de guanacos se secan y el ciclo vuelve a empezar. Cinco años precisos entre floración y floración. David Trueba ha declarado su intención de realizar un capítulo de “¿Qué fue de Jorge Sanz?” cada cinco años, que es el tiempo necesario para acumular la humedad y las ideas geniales que requieren cada episodio. Ahora todos duermen. Esperaremos a que el Niño caliente el Pacífico oriental otra vez. Sabemos que dentro de cinco años el desierto de Atacama se coloreará de rosa, pero no tenemos ni idea de dónde se despertará Jorge en 2021.

12/3/16

JOHN MCCLANE CONTRA EL VEGANISMO

Y en la cumbre de la Pirámide Televisiva está John McClane. No es malo, de hecho es muy bueno, pero no es conveniente consumirlo en exceso y por eso se recomienda espaciar su consumo y no abusar de él. La Organización Mundial de la Salud Televisiva acaba de publicar una Pirámide Televisiva semejante a la Pirámide Alimenticia que todos conocemos. En la base se hallan los programas que pueden –incluso, que deben- ser consumidos diariamente sin tomar mayores precauciones: “Los Simpsons”, “Al rojo vivo”, “Saber y ganar” son los cereales, las frutas y las verduras de la programación. Un poco más arriba llegamos al siguiente piso de la pirámide. No hay problema en zamparse habitualmente grandes capítulos de grandes series, pero sus tramas pueden llegar a ser tan absorbentes y adictivas que los expertos recomiendan no sobrepasar las cinco o seis dosis semanales: “Homeland” o “Broadchurch” o “House of cards” son los huevos, el queso y el pescado azul de la televisión nuestra de cada día.

Y en lo más alto de esta pirámide está “La jungla de cristal” en cualquiera de sus ediciones. No hay por qué tenerle miedo, e incluso se sabe que aporta algunos nutrientes importantes que no se encuentran en otro tipo de programas. Pero sólo debe ser consumido muy ocasionalmente, ya que está demostrada la asociación entre ciertas enfermedades y el exceso de su visión. Cuatro emitió ayer la cuarta entrega de esta serie cinematográfica y yo disfruté cada salto en el vacío de John McClane en compañía de un par de buenas cervezas, regodeándome aun más en cada golpe que recibía al saber el tiempo que iba a tardar en volver a verlos.

John McClane es la carne roja –por ensangrentada, no por socialista- de nuestra alimentación televisiva. Y su uso moderado y prudente es una excelente vacuna contra el puritanismo vegano de todos los cursis arrogantes que nos invaden con sus sensibilidades postureras. Ahora, eso sí, nos quedan unas semanas por delante en las que tendremos que ponernos a dieta de “Pasapalabra”, “Zapeando” y, como mucho, algún capítulo de “Modern family”. Yipikayey.

11/3/16

HERMOSO FUTURO DE MIERDA


A la hoguera “Destino España”. Es un programa que estuvo bien en su día, pero ahora sobra. En TVE deberían dejar de reemitirlo y quemar ese montón de reportajes caducos en los que se ve cómo diferentes personas procedentes de todo el mundo viven en España perfectamente integradas, aportando su trabajo y su ilusión por construir una sociedad mejor. Eso no nos más que cursiladas, viejas ideas ingenuas y trasnochadas que hacen peligrar nuestro maravilloso y democrático modo de vida.

Es fundamental que los ciudadanos de bien que pagamos impuestos y cumplimos las leyes nos informemos en el “Telediario” de La 1 de lo sensato, importante, oportuno, imprescindible y racional que es cerrar las fronteras de Europa a esas miles de personas que nos incomodan y nos amenazan con su existencia desde detrás de las fronteras. Necesitamos empaparnos de todas esas razones que cuentan en la tele nuestros gobernantes para poder creernos sus argumentos y olvidarnos de que antes no pensábamos así. Pero el mundo cambia y nosotros con él si queremos continuar siendo ciudadanos de bien, pagando nuestros impuestos y cumpliendo las leyes en defensa de la paz y el bienestar.

¿Y cómo vamos a hacerlo si, mientras el “Telediario” hace su noble labor, en La 2 la dinamitan reemitiendo esos viejos capítulos de “Destino España” en los que hace dos o tres años (qué tiempos) mostrábamos orgullosos lo guays y acogedores que éramos con quienes venían a vivir con nosotros, lo mucho que nos queríamos, lo bien que iba todo siendo amigos y trabajando juntos. Si es que esta semana tuve que aguantar a una sonriente chica inmigrante decir que lo que más le gustaba de España era lo bien que acogíamos a todas las personas, fueran de donde fueran. ¡Un horror! Si es por fastidiar, podían rematarnos reemitiendo aquellos viejos capítulos de “Españoles en el mundo” en los que éramos nosotros los que cruzábamos fronteras buscando una vida mejor. Pero, eso ya no ocurre, ¿verdad? Hoy todos somos ricos y felices. Olvidemos tan lejano pasado y avancemos con paso firme hacia este hermoso futuro de mierda.

10/3/16

NADA SIGNIFICA NADA


¿Qué fue de los cien días de confianza? ¿No habíamos quedado en que hay que conceder cien días de margen a quien estrena cargo público antes de saltarle al cuello? Si se concede este período a Gobiernos, alcaldes y presidentes, ¿por qué no concedérselo a Eladio Jareño, nuevo director de TVE que aún no dijo ni pío y ya le están saltando al cuello?

La responsabilidad que asume es tan grande que deberíamos darle un voto de confianza y no hacer caso a quienes denuncian que “sus antecedentes profesionales y partidistas le incapacitan para ser director de TVE”, a quienes le acusan de ser “una persona con un acreditado perfil partidista, censor y manipulador”, a quienes añaden que comenzó su carrera como “coordinador de presidencia y comunicación” del PP catalán y “una de las personas de máxima confianza de su presidenta, Alicia Sánchez-Camacho, a quienes recuerdan que al poco de llegar a dirigir la tele catalana, de donde viene ahora, “despidió fulminantemente a la periodista Cristina Puig que se quejaba de la falta de pluralidad de los invitados en el programa que moderaba, ‘Debat de la 1′, y había discutido la conveniencia de determinadas entrevistas por injustificadas periodísticamente”, a quienes le echan en cara que “en noviembre de 2015, la Justicia declaró el despido improcedente”.

En realidad cien días de confianza son pocos, habría que darle doce meses. Un tiempo durante el cual pudiera demostrar su valía haciendo nada. Porque al frente de TVE hace falta un tío capaz de no hacer nada durante un año y mantenerse firme aunque la presión sea grande. Ese es el tiempo durante el cual, según recoge el contrato firmado con la productora de “En la tuya o en la mía”, TVE puede ejercer su derecho de tanteo igualando cualquier oferta que reciba aquella para así retener el programa en la parrilla de TVE. Así que ánimo, Jarreño. Aprende del gran Mariano Rajoy a enfrentarte a los problemas haciendo lo más difícil: nada de nada. Y a Bertín Osborne que huye, puente de plata.

9/3/16

EL CLAVO DE MULDER


En uno de sus hermosos poemas escritos en la soledad de la habitación de un hotel, la actriz Marilyn Monroe escribió sobre un montón de marineros que parecían demasiado jóvenes como para estar tristes. Si Marilyn tuviera que escribir un poema sobre el retorno de la serie “Expediente X”, quizás diría que Mulder y Scully parecían demasiado viejos como para estar contentos. Demasiado viejos porque los tiempos, queridos Mulder y Scully, han cambiado. Demasiado viejos porque no todo puede seguir igual en el mundo de “Expediente X” cuando ya nada es igual en el mundo. Demasiado viejos y, sin embargo, siempre dispuestos a dejarnos una frase, un gesto, un misterio, un secreto, una explicación, una metedura de pata, una mirada, un recuerdo. Los seis nuevos capítulos de “Expediente X” puede que sean demasiado viejos y demasiado tristes, pero los clavos a los que nos agarramos los viejos seguidores de la serie todavía no están ardiendo.

Uno de esos clavos puede ser ver a Mulder y Scully intentando evitar un atentado que pretenden llevar a cabo unos terroristas suicidas o luchando contra el monstruo de la semana, aunque lo primero lo hace mejor “Homeland” y lo segundo necesita de la complicidad del espectador. También está el clavo de la inolvidable música de Mark Snow, del despacho de Mulder lleno de papeles e informes, de la delicadeza de Scully y del inquietante Fumador que sigue enganchado a su vicio favorito aunque tenga que fumar por la tráquea. Pero hay otros clavos. Otros clavos a los que nos podemos agarrar los viejos seguidores de la serie y también los nuevos como, por ejemplo, la pelirroja e hiperlógica agente Einstein. Pero mi favorito, el clavo que puede ser el punto en el que se unan las manos de viejos y nuevos espectadores de “Expediente X”, es ese clavo en el que Fox Mulder baila “Don´t Tell My Heart” con sombrero de cowboy y la camisa desbrochada. Marilyn diría que en ese momento Mulder está demasiado drogado (aunque con un placebo) como para estar triste, y los espectadores demasiado felices como para distinguir entre jóvenes y viejos.

8/3/16

EN LA NUESTRA O EN LA DE ELLOS


El problema que tenía “En la tuya o en la mía” es que siempre se hacía en la nuestra. A veces Bertín iba a casa del entrevistado y otras veces el entrevistado iba a casa de Bertín, pero siempre el programa lo pagábamos los contribuyentes españoles al emitirse a través de nuestra televisión pública. No tengo yo nada en contra de que Bertín Osborne y Carmen Martínez Bordiu echen un ratito charlando en casa de ésta, o de que Bertín Osborne y Mariló Montero empleen otra horita contándose secretitos en casa de aquél. Lo que me toca los huevos es que Bertín y Carmen y Mariló vengan a largar sus absolutas naderías a Televisión Española, es decir, a nuestra casa, que es donde verdaderamente estaba siempre “En la tuya o en el mía” por más que el título del programa sugiriera otra cosa. Aunque viéramos estanterías de los armarios con abundancia de fotos de Francisco Franco y de vez en cuando apareciera por la cocina una mujer llamada Fabiola, la casa en donde el cantante jerezano y su troupe de aburridísimos amigos han pasado estos últimos meses no ha sido la de ellos sino la nuestra.

De modo que el momento “en la pública o en la privada” que está atravesando “En la tuya o en la mía” –cuando escribo estas líneas parece casi segura la ruptura entre Bertín y TVE, y la compra del formato y el nombre del programa por parte de Mediaset- me hace albergar muy fundadas esperanzas de que no tendremos que alojar más a tan incómodos huéspedes. Y eso sin duda repercutirá en la opinión que tenemos sobre ellos. Pocas cosas perjudican más la valoración de alguien que verse obligado a convivir con él, y un programa completamente inadecuado para la televisión pública puede ser un programa completamente pasable para una televisión privada. “En la tuya o en la mía” inicia una nueva etapa en la televisión privada. Cada uno es muy dueño de hacer en su casa lo que le plazca. Con tal de que sea en la de ellos y no en la nuestra, por mí que jueguen al ping-pong y al futbolín lo que les apetezca, que hagan meditación, o, ya puestos, que se vayan a la cocina a freír espárragos.

7/3/16

INDA GOT TALENT

Después de cada intervención de Eduardo Inda en “La Sexta Noche” zapeo a Telecinco para escuchar cómo la valora el jurado de “Got talent”. Hace dos semanas descubrí de casualidad que ambos programas están coordinados. Se hablaba sobre las posibilidades que tenía Donald Trump de alcanzar la presidencia de los EE.UU., e Inda señaló que uno de los teléfonos móviles de Pablo Iglesias está a nombre de una empresa iraní. Tras su intervención apreté sin querer un botón del mando a distancia que me condujo a Telecinco y escuché a Jesús Vázquez decir “he de reconocer que me has impresionado”, a lo que Edurne añadió “estoy alucinada, algo así requiere mucho ensayo. Yo te doy un ‘sí’”. Pensé que se trataba de una coincidencia, pero no pude evitar volver a zapear sobre Telecinco cuando, una hora más tarde y esta vez con motivo de un momento de “La Sexta Noche” en donde se debatía la implicación de la infanta Cristina en el caso Noos, Eduardo Inda señaló que uno de los teléfonos móviles de Pablo Iglesias está a nombre de una empresa iraní. “Creo que tienes unas increíbles capacidades para el show televisivo” decía justo en ese momento Jorge Javier mientras Eva Hache asentía.

Demasiada coincidencia. Sistemáticamente empecé a seguir ambos programas, y descubrí la coordinación temporal que hay entre ellos y cómo en realidad el jurado de “Got talent” se está refiriendo a las intervenciones que simultáneamente está realizando Inda en La Sexta y no a las actuaciones que se perpetran sobre el escenario de Telecinco. De pronto cobró todo el sentido del mundo que Inda compartiera programa con funambulistas, bailarines de una sola pierna y grupos de street workout más que con periodistas y políticos de diferentes partidos. Anteayer mismo, cuando Inda recibió cuatro ‘síes’ tras señalar, al pedírsele un comentario sobre la fallida investidura de Pedro Sánchez, que uno de los teléfonos móviles de Pablo Iglesias está a nombre de una empresa iraní, comprendí el verdadero significado de ese pacto transversal del que ahora tanto se habla.

6/3/16

WYOMING, DEGRADADO


La diputada del PP Andrea Levy y el diputado de Podemos Miguel Vila están loca y apasionadamente enamorados. O se quieren intensamente. O se desean mucho. O se gustan bastante. O se tienen un poco de cariño. O se hacen tilín. O se saludan con simpatía. O no se repelen tanto como pudiera esperarse. O nada de lo anterior, da igual. El caso es que la actualidad política, tan aburrida otras veces, está poniendo patas arriba el panorama televisivo.

Comenzamos con una polémica legislatura que lanza al estrellato programas con un claro perfil político que antes eran marginales en la parrilla. La precampaña y la campaña electoral logran que los líderes políticos copen los magacines y espacios de entretenimiento como nunca habíamos visto. La expectación y las dificultades para investir presidente posibilitan que, para seguir las sesiones del Parlamento en directo, salten por los aires las parrillas televisivas. Y ahora, con una situación política inédita, podíamos estar hablando de mil asuntos sustanciosos (por ejemplo, lo bueno que es el trabajo que Felipe Borbón heredó de papá: un político electo fracasa si pide a un parlamentario que le dé su voto y no se lo da, un rey no fracasa si pide a un político electo que forme Gobierno y no se lo forma. Es bueno ser rey). ¿Y por qué? Por culpa de “El intermedio”. Thais Villas arrancó estas palabras a la diputada popular Levy: “Nos llevamos mejor de lo que la gente piensa. Que fluya el amor en el Congreso”. Pablo Iglesias sigue el juego y se compromete con Villas a ser el alcahuete, ¡y lo es desde la tribuna del Parlamento!

A freír churros “Mujeres y hombres y viceversa”. A la porra “Casados a primera vista”. A paseo “Adán y Eva”. Que se espabilen “Gran hermano” y “Supervivientes” y “GH VIP” y Telecinco y Mediaset toda. El viejo juego del “Me quiere, no me quiere” entre desconocidos, famosos de medio pelo o famosetes ahora es otro. Todos a ver “El intermedio” mañana. Wyoming, relegado a reportero de calle. Thais Villas, al pico de la mesa.

5/3/16

LA DOCTRINA SIMPSON


Fracasada la doctrina Botín, llega la doctrina Simpson. Para que luego digan que los dibujos animados son solo bobadas de la caja tonta para entretener a los niños. No lo son. Ahí tenemos a todo un equipo de abogados de primera división viendo “Los Simpson” para diseñar las grandes líneas maestras de la estrategia procesal en torno a las que vertebrar la defensa de Cristina Borbón, hija de rey, hermana de rey, nunca reina.

En el capítulo “El problema de los trillones”, Homer Simpson sufre un pequeño desencuentro con Hacienda. Vaya por Dios, como Borbón, debió de pensar el abogado defensor Miquel Roca. ¿Y si un caso pudiera servir de guía para el otro? Recurrir a la doctrina Botín falló para librarse de la justicia como sí se libró el banquero. ¿Y si recurrir a la doctrina Simpson fuera más eficaz? Y en eso estamos. Al menos lo parece, viendo lo que vimos anteayer en “Más vale tarde” (laSexta) y en el Canal 24 Horas cuando ambas cadenas conectaron en directo con la declaración de Borbón en el juicio por el caso Nóos.

Roca encontró inspiración en el momento en el que Homer va apuradísimo en coche a entregar su declaración de la renta en el último minuto. Un inoportuno semáforo en rojo le cierra el paso. Se la juega: “Si no lo veo no es ilegal”, dice. Se tapa los ojos y pasa. Borbón se tiró la tarde de anteayer aplicando la doctrina Simpson ante toda España con la ayuda de sus abogados. “Si no lo veo no es ilegal”, repetía una y otra vez mientras explicaba que ella no había visto nada a pesar de haber firmado documentos de sociedades mercantiles de las que era copropietaria junto a su marido.

Es cierto, exagero. Quienes anteayer vieron el espectáculo televisivo saben que estoy simplificando. Borbón no solo aplicó la doctrina Simpson siguiendo a Homer. Se ve que Roca también vio el capítulo “Bart se hace famoso”, porque de vez en cuando, entre los inolvidables “Si no lo veo no es ilegal”, Borbón entreveraba hermosísimos “Yo no he sido”.

4/3/16

CUALQUIERA MENOS LA NUESTRA

Finalmente ocurrió: los programas informativos de TVE referidos a la fallida sesión de investidura de Pedro Sánchez obtuvieron audiencias más bajas que los del resto de las cadenas; y no sólo que los del resto de las cadenas generalistas habituales, sino también que los de las cadenas temáticas de la TDT. Concretamente, “El Debate de La 1” dedicado al debate de investidura no sobrepasó el 4,8% de audiencia, mientras que la tertulia política “El cascabel” que emitió 13TV simultáneamente dedicada al mismo tema alcanzó el 5,1% de audiencia.

Dicho en otros términos: los españoles elegimos para informarnos acerca de los cambios políticos de nuestro país cualquier cadena, cualquiera, menos la que pagamos entre todos para informarnos acerca los cambios políticos de nuestro país. ¿Una cadena que es propiedad de algunos de los principales grupos financieros de España y el resto de Europa con vaya a saber usted qué intereses? Vale, mejor ésa que la que es propiedad nuestra. ¿Una cadena cuyas emisiones buscan únicamente la rentabilidad económica publicitaria por encima de cualquier otro criterio de calidad? Muy bien, informémonos ahí antes que en la cadena que pagamos entre todos para que no tenga más objetivo que la veracidad. ¿Una cadena dirigida por un grupo religioso que posee verdades eternas reveladas a ellos por seres sobrenaturales? Sí, sí, que esa cadena nos informe antes que nuestra cadena meramente constitucionalista.

Como el panadero aquél que en su casa comía únicamente el pan que compraba en la panadería de enfrente porque era mejor que el suyo, todos asumimos con normalidad el pagar un servicio público periodístico para después no usarlo y correr a informarnos en las empresas privadas. Y nos vale cualquiera, cualquier cadena y programa en donde alguien se ponga a informar u opinar sobre lo que está pasando en nuestro país. Sólo en un requisito somos inflexibles y tajantes: que no sea nuestra televisión, que no sean los informativos que pagamos entre todos. Hasta ahí podríamos llegar. Por ahí, faltaría más, no pasamos.

3/3/16

LOS OSCARS EN ASCENSIÓN


Un fantasma recorre Europa todos los años por estas fechas. Es un espectro clamoroso en el que la firme voz de un continente entero se yergue para proclamar con tono solemne que ya está bien de que la diferencia horaria con California nos haga imposible seguir la ceremonia de los Oscars como es debido. ¿Acaso los espectadores europeos no vamos a ver “El renacido” como los que más? ¿Los euros que hemos dado a la taquilla de “Mad Max” valen menos que los dólares que han dado en Nevada? Si nos pinchan, ¿acaso no sangramos? Si nos agravian, ¿no debemos vengarnos? ¿Hay el menor derecho a que la ceremonia de entrega de los Oscars comience en la televisión española a las dos y media de la madrugada de un lunes?

Y hay soluciones. Vaya si las hay. Mil. Adelantar unas horas el evento californiano para que a los cinéfilos del Viejo Mundo sólo se les exija un trasnoche de intensidad mediana que no atente contra las recomendaciones de la OMS –siempre sufrirán menor perjuicio ellos por empezar demasiado temprano que nosotros por empezar demasiado tarde-. O cambiar –fíjense qué cosita tan simple- de domingo a sábado el día de la entrega de los premios para que los aficionados europeos tengamos todo el Día del Señor para recuperarnos de ver el premio a una cursilada infumable y mentirosa como “Inside out”. O –y ésta es sin duda mi solución preferida- trasladar el lugar de la ceremonia a una isla en medio del océano en un huso horario equidistante de París y Los Ángeles que dé lugar a un horario razonable para estos contenidos en ambos continentes. Me atrevo incluso a sugerir un emplazamiento: el islote Ascensión, formado por coladas de lava basáltica y conos de ceniza, de bandera británica, en el centro justo del Atlántico Sur, ya que el acto supondría un notable revulsivo para la maltrecha economía de sus 880 habitantes.

Quizá hubiera que mejorar la infraestructura hotelera de Ascensión y sus conexiones aéreas con cualquier lugar del planeta, pero el placer de ver en directo en ambos lados del océano a la vez cómo el Oscar a la mejor película se lo lleva la extraordinaria “Spotlight” justificaría la inversión.

2/3/16

Y, SIN EMBARGO, SE MUEVE


Me gusta la gala de entrega de los Oscar (Movistar+), pero no pierdo ni un minuto en defender esa gala de los que odian a Hollywood y tuercen el gesto ante el desfile de actores y actrices por la alfombra roja. Decía Camus que nunca vio morir a ningún hombre por defender el argumento ontológico, así que no merece la pena enfadarse, perder el tiempo ni, mucho menos, morir para defender el espectáculo de los Oscar. Diría que el cine mundial sigue girando alrededor del cine estadounidense, pero no tengo inconveniente en abjurar de esa opinión si me lo pide la inquisición porque si Galileo hizo bien en abjurar, maldecir y aborrecer sus errores y negar que la Tierra se mueve, no veo por qué tendría que soportar la condena de los partidarios del cine independiente, iraní o, cielo santo, francés defendiendo hasta el fin no sólo la buena salud de un cine capaz de premiar a Iñárritu o Morricone, sino la agilidad, gracia y elegancia de la gala presentada por Chris Rock. Así que me rindo.

Y, sin embargo, la gala de los Oscar se mueve. Ya sé que el precioso vestido rojo de Charlize Theron es tan irrelevante como el extraño peinado de The Weeknd, y que  el discurso de Leonardo DiCaprio alertando de los peligros del cambio climático se perderá en el baile del Gobernador como lágrimas en la lluvia, y que “El puente de los espías” es mejor película de lo que muestra su botín de premios, y que la sombra de Billy Crystal es alargada. Vale. Pero también sé que Louis C.K. es capaz de hacernos reír incluso presentando el Oscar al mejor corto documental, y que los chistes de Chris Rock tienen incluso más gracia que los de Pepe Colubi, y que me importa una mierda que Russell Crowe tenga unos kilos de más, y que sólo Hollywood puede permitirse el lujo de que Woody y Buzz Lightyear presenten el Oscar a la mejor película de animación y que además lo gane la maravillosa “Inside Out”, y que “Mad Max: Fury Road” incluso habría merecido algo más que esos seis Oscar, y que he visto a Ennio Morricone recoger un Oscar no honorífico, joder. No estoy dispuesto a morir por el argumento ontológico, ni por el movimiento de la Tierra, ni siquiera por la gala de los Oscar. Pero moriría por ti, Ennio. Moriría por “Cinema Paradiso”. Pero de muerte lenta.

1/3/16

CARLOS LOZANO VIP


Ha nacido una estrella. La actual edición de “Gran hermano VIP” arrancó echando al fuego deshechos de todo tipo. Desde concursantes de aluvión hasta declaraciones estúpidas. Una bruja vidente como Aramís Fuster se lamentó de que Belén Esteban le impidiera participar. Menuda birria de poderes tienen las brujas de hoy que las detiene el muestrario andante de un cirujano plástico. El día que comenzó el concurso, Jordi González despidió a los concursantes que accedían a vivir tres meses hipervigilados bajo del focos asegurando que comenzaban “una nueva vida lejos de los focos”. Tiene bemoles. Lo extraño es que con materiales de tan mala calidad la hoguera comenzara a arder.

Carlos Lozano es la estrella que mantiene encendida la llama de “GH VIP”. Amable con su jefe y atento al negocio siempre tiene una mala palabra para quien la necesita, un gesto molesto dispuesto a estropear el día a quien le rodea. Inflamable con sus compañeros, a su alrededor proliferan los gritos, los insultos, el mal rollo. Gracias a este fracaso humano, “GH VIP” avanza con normalidad hacia la anormalidad y el éxito televisivo. Lozano es el combustible capaz de todo con tal de arder.

“Mi vida ha sido que me han matado a palizas, por culpa de tíos como tú”, le grita la colaboradora de “Sálvame”, exsuperviviente y exacorralada y ahora gran hermana VIP,  Raquel Bollo encantada de que le den juego para ponerse digna y amenazar con irse. Tras llamarle “viejo asqueroso” y comentar “Me estoy conteniendo por no pegarle de hostias a ese tío”, Belén Roca le tacha de “maltratador psicológico” feliz de haber ascendido de tronista en “Mujeres y hombres y viceversa” al horario de máxima audiencia. Lozano toca el cielo. Ser un indeseable le aleja de tener que volver a Perú a buscar trabajo y le garantiza la faena y el éxito en Telecinco. Ha logrado convertirse en una enana marrón, un astro infame, una mierda de estrella, pero estrella al fin y al cabo. Que no se pasen quienes le defienden en Twitter. No vaya a ser que se les vaya la mano y limpien tanto su imagen que Telecinco pierda el interés por él y quede sin trabajo.