Existen los guiños normales que aparecen en una serie en referencia a algún elemento ajeno a la serie. Existen los reguiños, o guiños de segundo nivel, que ocurren cuando un guiño aparece en una serie en referencia a algo que hace referencia a algún elemento ajeno a la serie. Existen los requeteguiños, o guiños de tercer nivel, que ocurren cuando un guiño aparece en una serie en referencia a algo que hace referencia a algo que hace referencia a algún elemento ajeno a la serie. La TGT (Teoría de Guiños Televisivos) no contempla la posibilidad teórica de guiños de mayor nivel, y, sin embargo, el pasado lunes Televisión Española emitió un requetequetequeteguiño, o guiño de quinto nivel, que se refería a algo que hace referencia a algo que hace referencia a algo que hace referencia a algo que hace referencia a un elemento ajeno a la serie. Fue el momento más delicioso de la televisión en lo que llevamos de 2016, y la señal inequívoca de que “El Ministerio del Tiempo”, la serie española más inteligente del momento, había vuelto a la programación.
Ambrosio
de Spínola, histórico general y caballero de la Orden de Santiago que aparece
en el célebre cuadro de Velázquez “La rendición de Breda”, en plena refriega
contra un grupo de musulmanes, suelta “yipikayei, hideputas”, línea de guión en
donde se lanza un guiño a Ramón Langa, actor que interpreta a Spínola, lo que
lanza a un guiño a su labor como doblador, lo que lanza un guiño al hecho de
que ha doblado muchas veces al actor Bruce Willis, lo que lanza un guiño a John
McLane, personaje famoso por su frase "yippee-ki-yay, motherfucker",
doblada al español muchas veces por Langa como “yipikayei, hijo de puta”. Cuenten
los niveles, cuenten. Cinco. Guiño de quinto nivel. Requetequetequeteguiño. Gracias,
Ministerio del Tiempo. Pero sepan que a partir de ahora todos los ministéricos
escrutaremos minuciosamente cada capítulo en busca de un guiño de sexto nivel
que vuelva a poner patas arriba la Teoría de Guiños Televisivos y la ficción
televisiva inteligente en general. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
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