TVE le da un programa a Patricia Gaztañaga, la de “El diario de
Patricia”; y no a Toñi Moreno, la de
“Entre todos”. Ahí tendremos a Patricia, cada tarde, en La 1. Menos mal que la
que vuelve es esta, y no la otra.
Habíamos acabado hartos de Toñi. Presentó
“Entre todos” solo durante un año, de mediados de 2013 a mediados de 2014,
pero hay que ver cómo nos cundió y lo hartos que quedamos. Cada tarde repetía
la misma ceremonia. Se desgañitaba gritando “¿Qué
tengo?”, para que el público aullara “¡Llamada!”.
Esa es la parte que estaba bien. Lo malo es lo que venía después. Después no
decía “Más fuerte que no se oye, ¿qué
tengo?”. Después no había una aventura con el señor Chinarro en la que Fofó,
Miliki y Fofito intentaban que Gaby
no se enterara de que habían roto algo. Después no se despedía cantando “Hola,
don Pepito”. Lo que venía después del “¿Qué
tengo?” era un desfile lamentable de llamadas telefónicas en el que los
telespectadores no daban limosna a las personas más lo necesitaban, sino a las que
habían sido más eficaces contado en la tele sus miserias, sus penas, el abandono
que sufrían de las instituciones que deberían darles ayuda. Valía todo:
enfermedades, lesiones, desamparo, orfandad. Ser capaz de hacer llorar a moco
tendido era una garantía de éxito para el necesitado y para el programa, que transformaba
el éxito de audiencia en un lacrimógeno festival de llamadas. “¿Qué tengo?”, “¿qué tengo?”, “¿qué tengo?”.
“¡Llamada!”, “¡¡llamada!!”, “¡¡¡llamada!!!”.
Menos mal que ese no es el estilo
de Patricia. Por eso, en el nuevo “Cuestión de tiempo” no pide dinero para
nadie. Ella es más de exhibir la vida de los invitados, como Toñi; de hacer
espectáculo de las miserias e ilusiones de los demás (y no de las suyas), como
Toñi; de buscar audiencia usando pornografía sentimental con opción a deshidratarse
llorando, como Toñi; pero, ojo, sin darle dinero a nadie. Un exhibicionismo
gratuito, un voyeurismo sin costes en el que sí que TVE mejora, sí. Mejora un
montón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario