En la serie “Mad Dogs” (Canal +
Series), cuatro amigos viajan a Belice invitados por otro amigo multimillonario
que quiere celebrar con ellos su retirada del mundo de los negocios. El amigo
rico, dueño de una casa enorme y acostumbrado a un modo de vida que todos
envidian, es asesinado en una cena y, a partir de ahí, todo se descontrola
porque nada es lo que parece: el ricachón tenía muchos secretos, Belice no es
exactamente un paraíso, la policía no es de fiar, los capos de la droga son
como el Gran Hermano y las relaciones entre los cuatro amigos tienen las raíces
podridas. “Mad Dogs” es una comedia negra, quizás demasiado larga, que puede
verse como una versión centroamericana de “Resacón en Las Vegas” con las mismas
situaciones absurdas y personajes metidos en unos líos que ni comprenden ni
saben solucionar sin provocar nuevos líos. Pero si hablamos de resacones,
entonces hay que dejar Belice y viajar al mundo de “Expediente X”.
Vamos a dejarlo claro. Los nuevos
capítulos de “Expediente X” (Fox) gustarán a los que llevamos años echando de
menos a Mulder y Scully, y el resto de los espectadores
verán la serie como si fuera un resacón de extraterrestres y monstruos. Sin
amar a Mulder y Scully, el regreso de “Expediente X” no es más que otro resacón
que funciona como una comedia negra y avanza a golpe de situaciones absurdas y
personajes que se meten en líos. Sin amor, sin querer creer en Mulder y Scully,
“Expediente X” es “Mad Dogs” con extraterrestres. Pero lo que hace grande a
“Expediente X”, al menos para los que amamos la serie, es que presenta los
mismos casos de los que vive “Cuarto milenio” desde una perspectiva de ficción
casi filosófica. Si el inagotable mito de la caverna que Platón plantea en la “República” podría verse no como un análisis
de las distintas formas de conocimiento, sino de los distintos modos de vida,
la serie “Expediente X” puede interpretarse también como una reflexión acerca
de los diferentes modos de vida, mientras que “Cuarto milenio” pretende
examinar las diferentes formas de conocimiento. A muchos nos gustan los
esfuerzos de Mulder y Scully por llegar a la luz del sol y la lucha de los dos
agentes contra la luz artificial que ilumina la caverna, pero despreciamos los
esfuerzos de Iker Jiménez para
convertir una manera de vida en una forma de conocimiento. “Expediente X” está
tan lejos de Las Vegas y de Belice como de “Cuarto Milenio”.
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