Halloween es una fiesta satánica
de la misma manera que la Nasa trabaja para Mercedes Milá, en la misma medida que España cabe en doce preguntas
pregrabadas en un plasma, del mismo modo en que los zombis amenazan nuestra
civilización, igual que retransmitir un exorcismo hecho en directo en la casa
en la que se ocurrieron los hechos que inspiraron “El exorcista” es una
experiencia televisiva paranormal. Todo ello es como el acoso sexual en el
trabajo, que lo habrá en otros sitios pero en la tele no.
En “Gran hermano” promocionaron
su fiesta de Halloween anunciando que un meteorito llegaba a la Tierra. Días después,
los informativos mostraron las imágenes de la Nasa de un pedrusco acercándose a
nosotros que parecía una gran calabaza. Es una coincidencia, la Nasa no trabaja
para “GH” aunque Milá crea que sí. Tampoco TVE trabaja para los ciudadanos cuando
los reduce a doce dóciles plasmas para los que el equipo de asesores de Rajoy
preparó doce bonitas respuestas el lunes pasado. Sin efectos especiales, los
exorcismos y los zombis pierden mucho. Un canal de televisión estadounidense
retransmitió un exorcismo en directo en la casa de “El exorcista” que prometía
mucho, pero fue un tostón. Pasa como con los zombis, Halloween y otras
mentirijillas de la cultura popular, que sin efectos especiales pierden mucho. A
no ser que se haga como el tipo que en Nuevo México mató al amigo con el que
veía un maratón de “The waking dead” al parecerle que estaba transformándose en
zombi. ¿Y el acoso sexual ocurrido estos días en Televisa en directo? La cadena
lo arregló despidiendo y readmitiendo al señor acosador y a la señora acosada
porque todo fue un montaje hecho de común acuerdo. Busquen las imágenes y verán
que son los mejores actores del mundo.
No se fíen de nada, pero si creen,
como Ned Flanders, que hay
revoloteando a nuestro alrededor seres invisibles buenos y malos pugnando por
controlar nuestra vida, pueden refugiarse en 13TV, donde nunca es Halloween.
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