Cada vez que se publican
intenciones de voto tenemos que oír a unos cuantos lumbreras diciendo que la
encuesta verdadera, la que realmente vale, son las elecciones. Una gilipollez
porque las elecciones no son ni una encuesta verdadera ni la que realmente vale
simplemente porque es una votación y no una encuesta. Y ya está. Puestos a
decir tonterías sería mejor decir que la mejor encuesta es ver la audiencia que
logra un político cuando visita un programa en la tele. Por cierto, ¿cómo va la
clasificación? Dejemos las entrevistas para frikis de Canal 24 Horas y vayamos
a programas de auténtica relevancia política e impacto social como “El
hormiguero”.
En septiembre del año pasado Pedro Sánchez se desmelenaba. Llamó en
directo a “Sálvame” e inauguró esta pujante modalidad de proselitismo político
en un parque de atracciones yendo a divertirse a “El hormiguero”. Resultado:
2.754.000 espectadores. En enero le superó Albert
Rivera con 2.899.000. Cristina Cifuentes quiso jugar a ese juego en marzo,
pero se quedó en 2.358.000 espectadores. Tuvo que ser Esperanza Aguirre quien en mayo le bajara los humos a Rivera
alcanzando los 3.051.000. Rivera volvió en junio a desquitarse pero no pudo: 2.327.000.
Soraya Sáenz de Santamaría
contraatacó logrando 3.125.000 en octubre. De “Mira quién baila” a “Mira quién
canta”: Pablo Iglesias subió a
principios de este mes hasta los 3.823.000. Pero hace unos días “El hormiguero”
rebasó por primera vez en su historia la barrera de los 4 millones. La visita
de Osborne fue seguida por 4.172.000 espectadores.
En el momento en el que termino
de escribir esto, Bertín Osborne aún
no ha anunciado que presenta su candidatura ni al Congreso ni al Senado por
ningún partido político para las próximas elecciones. Cuando lo haga, tiempo al
tiempo, que no se fíe y recuerde que las verdaderas audiencias, las que
realmente valen, son las elecciones.
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