En el último capítulo de la
octava temporada de “Big Bang” (TNT), Sheldon
Cooper desencadenaba una profunda crisis en su relación con Amy Farrah Fowler cuando decide
interrumpir una sesión de besos para preguntar a su chica si debería ver la
serie “The Flash”. Amy, lógicamente, se enfada y decide tomarse un tiempo para
reflexionar y decidir si merece la pena continuar su noviazgo, o lo que sea,
con Sheldon. El primer capítulo de la novena temporada de “Big Bang” fue
decepcionante porque confirma que la serie se aleja de sus orígenes
científico-frikis para convertir a sus protagonistas en tipos normales y
corrientes con problemas normales y corrientes. Cuando Beethoven, admirador de la revolución francesa, se enteró de que Napoleón se había autoproclamado
emperador, exclamó: “¡Bah! Es un hombre como todos los demás”. Cuando los
admiradores de Sheldon vemos a nuestro físico teórico favorito con anillos de
boda, sometido al demonio de los celos y luchando con las frustraciones de la
vida cotidiana, también nos decepcionamos y exclamamos: “¡Bah! Sheldon es un
hombre como todos los demás”.
Esperemos
que el desarrollo de la novena temporada de “Big Bang” nos devuelva a nuestro
Sheldon y, de paso, a nuestro Leonard y
nuestra Penny, perdidos en el fango
de una relación que no acaba de definirse. Personalmente, no puedo ayudar a
Sheldon en sus problemas sentimentales porque sería como pretender aconsejarle
acerca de las ventajas del estudio de la materia oscura con respecto a la
teoría de cuerdas. Lo que sí puedo hacer, y hago, es responder a la pegunta que
Sheldon plantea a Amy en un momento que pretendía ser romántico: ¿debe Sheldon
ver la serie “The Flash”, con todas las consecuencias que una decisión de esa
magnitud implica en un fanático de las series de superhéroes? La respuesta es:
sí. En el caso de que Sheldon decida ver “The Flash” (TNT), lo hará aunque la
serie pierda calidad, que es lo mismo que hacemos los que seguiremos a Sheldon
hasta el fin, aunque se convierta en un novio como todos los demás y prefiera
el sexo a ver “La guerra de las galaxias”. Puede que Sheldon termine por
autoproclamarse emperador, traicionando los ideales de la revolución friki,
pero los primeros capítulos de “The Flash” tienen sabor a libertad, igualdad y
fraternidad.
G. K. Chesterton dejó escrito:
ResponderEliminar"Es una pena que a menudo conozcamos el pasado sólo por la cola. Recordamos el ayer sólo por las puestas de sol. Hay muchos ejemplos. Uno es Napoleón. Siempre pensamos en él como un déspota viejo y gordo que gobernó Europa con una despiadada maquinaria militar. Pero ésa [...] fue sólo la 'última fase' [...]. En la época más sorprendente e intensa de su carrera, que fue la que le hizo inmortal, Napoleón era casi un muchacho, y no precisamente un mal muchacho, ambicioso y obstinado, pero sinceramente enamorado y entusiasmado por una causa, la de la justicia e igualdad francesas".