De mayor quiero ser economista. No para ser consejero delegado de empresas multinacionales ni para tener testaferros, no. Eso es de pringaos. Quiero ser economista para poder discutir con otro economista en “La Sexta Noche”. Así, cara a cara. De pie, como las personas importantes, y no como los contertulios políticos, que discuten sentados y alguno incluso con las piernas cruzadas. Quiero ser economista para poder llegar a ser catedrático de Economía y para que mis opiniones queden validadas por ser catedrático de Economía, y no como los políticos, que nunca llegan a ser catedráticos de Política y, claro, sus opiniones no valen un churro. Pero sobre todo, sobre todos los todos de los todos, quiero ser economista para poder tener una pizarra en la que escribir los números que cito durante los debates. Como en “La Sexta Noche”. Quiero decir “España tiene cerca de tres millones de pymes” y escribir en la pizarra “3.000.000”. Y luego decir “en los últimos dos años se ha incrementado un seis por ciento el índice Wilkinson” y escribir en la pizarra una flecha apuntando hacia arriba, un 6 y un %. Con un rotulador fosforito a poder ser.
Le dijo Varufakis a Jordi Évole en aquel interesantísmo “Salvados”: “la economía es la única ciencia en la que puedes sentar juntos a dos premios Nobel y cada uno puede creer que el otro no tiene ni puñetera idea”. Parecería que Varufakis es seguidor de “La Sexta Noche”. No es cierto que eso sólo ocurra en economía, pero sí lo es que los economistas son los únicos académicos que llenan una pizarra poniendo un número al lado de otro y nunca escriben al final “quod erat demonstrandum”. Por eso de mayor quiero ser uno de ellos. Son todo ventajas. Los físicos gozan del prestigio de la ciencia, pero se someten a duras pruebas de verificación. Los políticos no tienen el menor prestigio, y sus afirmaciones se amoldan como chicles a sus ideologías previas. Los economistas gozan del prestigio de la ciencia, y sus afirmaciones se amoldan como chicles a sus ideologías previas. Lo único que tienen que hacer es ir escribiendo los números que citan en una pizarra.
Es una consecuencia de fundamentar las exposiciones en datos, y no en argumentos.
ResponderEliminarLa economía son ecuaciones con ideología.
ResponderEliminar
ResponderEliminarHacer una extrapolación de algo que no le ha gustado en una conversación de la Sexta a toda la Economía me parece un poco aventurado.