No se puede aprender a escribir monólogos geniales del mismo modo que, como sostenía Kant, no se puede aprender a escribir poesías geniales. Pero es muy fácil disfrutar con los monólogos geniales (al menos, algunos) de “El club de la comedia” y con la genial poesía de, qué sé yo, Silvio Rodríguez. Esta semana vi en “Zapeando” (laSexta) un fragmento de una actuación de Miren Ibarguren en “El club de la comedia” en el que la actriz decía que cuando tu pareja pide “un tiempo para pensar” es, como dijo Cospedal, una ruptura simulada y en diferido. Genial. Como el “disparo de nieve” de Silvio Rodríguez en la inmortal canción “Ojalá”. De acuerdo. No se puede aprender a escribir monólogos precisos y canciones perfectas. ¿Podemos aprender, al menos, a no desafiar a lo tonto las leyes de la física?
Si nos atenemos a lo que podemos ver en un capítulo cualquiera de “Ciencia para torpes” (Energy), la respuesta a esa pregunta es no, no, no, no y no. Richard Hammond explica en “Ciencia para torpes” las leyes de la física de forma muy original, utilizando vídeos caseros llenos de caídas, torpezas y golpes ridículos provocados por la estupidez de los animales racionales que no saben que una escalera puede caerse si no está bien apoyada en el suelo o que participar en una carrera de coches que sólo utilizan como motor la fuerza de la gravedad puede terminar en una catástrofe. Pero más allá de que, como demuestra Hammond, es perfectamente posible ilustrar las leyes de Newton con un vídeo de caídas que parece recuperado de aquellos patéticos “vídeos de primera” que TVE emitió allá por el pleistoceno, la cuestión que debería inquietarnos en cada segundo de cada capítulo de “Ciencia para torpes” es la siguiente: ¿por qué parece que siempre habrá un ser humano dispuesto a romperse la cabeza haciendo algo que todos los niños aprenden en la escuela que no se debe hacer? Profesores de física, ¿podéis dormir por las noches sabiendo que algunos de vuestros exalumnos se levantarán dispuestos a lanzarse al vacío metidos en un carrito de la compra? No todos podemos ser geniales guionistas o poetas pero, por Dios, ¿por qué no podemos ser todos buenos newtonianos?
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