Lo dijo Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. Muy interesante, pero Telecinco le da mil vueltas. En Telecinco hace mucho que han resuelto la gestión de las emociones porque son una de sus principales fuentes de combustible. Por eso, y al contrario de lo que sucede con tantos y tantos abrazos y trifulcas, amores y odios, enfados y reconciliaciones de la cadena de Mediaset, ha sido divertido seguir la evolución de un enfado ocurrido hace un par de semanas en su seno.
Se lo resumo: Manu
y Susana, dos de esos personajes sin
interés ninguno que giran en la órbita de Telecinco procedentes de “Mujeres y
hombres y viceversa” se enfadaron terriblemente por el enfoque que dio el
programa “Cazamariposas” a una entrevista que les habían concedido. Tras ver la
emisión del programa (es otra de las desventajas de querer vivir del cuento:
que tienes que ver sus programas), denunciaron en las redes sociales que cuando
grabaron la entrevista hablaron de un montón de cosas interesantísimas, pero el
programa las cortó y apenas emitieron un trocito de nada sobre amoríos de no sé
quién con no se quién para intentar fabricar una polémica que diera vidilla al
alicaído “Pasaporte a la isla”. ¿Y qué pasó con enfado tan terrible? ¿Fueron a
“Sálvame deluxe”? ¿Les dieron cancha en un debate del reality? ¿Los invitaron a hacerse un polígrafo? No. A pesar de lo
que le gustan a Telecinco los enfados, las peleas y las trifulcas, nadie les
contestó, nadie les hizo caso, nadie les dijo nada. Pasaron de ellos porque no
se habían enfadado con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno,
con el propósito justo y del modo correcto que establece el guion.
Pobres almas de cántaro, se ve que están empezando y todavía
no saben cómo funciona el negocio.
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