17/7/15

LA DALLAS DE PERICLES


Mi pesimismo televisivo es lo que me hace ser optimista. Es ese pesimismo el que me permite ver “Ochéntame otra vez” o “Viaje al centro de la tele” con la suficiente cercanía ontológica como para darme cuenta de que lo que hoy considero una cumbre de la narrativa televisiva mañana puede ser pura arqueología que se revisa con una condescendiente sonrisa. Creo que la periodista estadounidense Kathryn Schultz da en la diana cuando observa que la mayoría de los seres humanos tendemos a ver excepcionalidad en nuestra situación, de modo que creemos que somos afortunados por haber nacido en la cima del conocimiento humano o en el apogeo de una civilización. Según Schultz, deberíamos mantener un pesimismo básico que nos prepare para las inevitables correcciones que llegarán tarde o temprano. Seamos, pues, pesimistas. Los guiones de “True Detective” no son la cima del conocimiento televisivo. No estamos en el apogeo de las series televisivas. No vivimos en la época con la mejor oferta audiovisual posible.

Hace poco he vuelto a ver “Twin Peaks”, la revolucionaria serie de David Lynch, y me sentí como un médico medieval teletransportado a uno de nuestros hospitales. ¿Y si “Perdidos”, una serie en la que he invertido más tiempo y neuronas que en perfeccionar mi capacidad para controlar y pasar un balón, resulta que se convierte dentro de unos años en un mamotreto inaguantable y patafísico? ¿Cómo verán los espectadores del futuro el fenómeno “Juego de tronos”? Muchos consideramos que vivimos en la Atenas de Pericles televisiva, pero pocos estaríamos dispuestos a vivir en la Atenas de Pericles, la Roma de Trajano o la Florencia de los Médicis porque preferimos un piso con agua caliente, nevera, lavadora y cuarto de baño que, además, esté cerca de un supermercado. En la película “Demolition man”, las canciones favoritas de los ciudadanos de San Ángeles en 2032 son, para desesperación de un Stallone que llega del pasado, viejos singles comerciales del siglo XX. ¿Y si en 2032 vuelven Fernando Esteso cantando “La Ramona” y los culebrones al estilo de “Dallas”? Soy pesimista, pero no tanto. En 2032 la Dallas de J.R. nos parecerá la Atenas de Pericles. Glup.

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