No veo contradicción entre las colas en Girona para participar como extra en la serie "Juego de tronos" y las colas en Atenas para sacar dinero de los cajeros porque no creo que sea frívolo hacer cola en Girona para formar parte de una serie televisiva mientras los griegos hacen cola para conseguir dinero y poder comprar el pan nuestro de cada día. Los juglares, como decía santo Tomás de Aquino, desarrollan un auténtico trabajo porque entretienen a los que descansan de sus esfuerzos, así que los que se ponen a la cola para ser extras en "Juego de Tronos" están trabajando y son necesarios para que los que hacen cola en Atenas delante de un cajero puedan relajarse la temporada que viene viendo la nueva temporada de "Juego de tronos". Otra cosa es que las colas para ser parte de una ficción televisiva se entienden muy bien, pero las colas para sacar dinero de los cajeros no hay quien las entienda.
La ficción es la ficción, y las reglas de la ficción
están muy claras para los que entienden que parte de la diversión depende de la
suspensión de la incredulidad. Pero la economía es la economía, y las reglas de
la economía no solo no están claras, sino que son contradictorias, como lo
demuestra el hecho de que el juego favorito de los premios Nobel de economía es
contradecirse unos a otros. Todos sabemos por qué un seguidor de "Juego de
tronos" quiere ser parte de la serie, pero nadie entiende por qué un
griego se ve obligado a formar parte de esta película de terror a la que llaman
"crisis". Resulta que la economía se ha convertido en una cuestión
accesible solo a "especialistas", de forma que las recetas económicas
son como la demostración del teorema de Fermat:
los que no somos expertos en matemáticas aceptamos esa demostración por el
criterio de autoridad, y los que no somos expertos en economía debemos fiarnos
de la autoridad de los tipos del Fondo Monetario Internacional. Pero lo cierto
es que la austeridad no es como el teorema de Fermat. Por eso las colas en las
urnas griegas para votar en el referéndum han hecho tanto daño a los
"especialistas". Un montón de ciudadanos haciendo cola para votar con
la misma convicción de los que hacen cola para salir en una serie de
televisión. Estos griegos están locos. ¿Cómo se atreven a dudar de la
demostración del teorema de la austeridad?
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