24/6/15

JUAN CARLOS ORTEGA, CORAZÓN LOCO



En el drama “El rey enamorado” de Les Luthiers, el rey Enrique VI (que vive en tiempos diferentes a los actuales en los que los reyes pueden tenerlo todo sin renunciar a nada) duda si debe quedarse con la corona o abdicar al trono para entregarse al amor de la bella plebeya María Blessing. Ríete tú de aquella tontería de “Ser o no ser”: “¿El trono o María? Al fin y al cabo, el trono lo quiero para posarme sobre él y satisfacer mis deseos, los más sublimes y los más perversos; en cambio, a María la quiero para… ¡Caramba, qué coincidencia!”.

En efecto, hay divergencias que coinciden. Como la tele y la radio. Quiero decir, como el genial Juan Carlos Ortega en la tele y el genial Juan Carlos Ortega en la radio. Las mañanas de los fines de semana pone Radio Nacional patas arriba en “No es un día cualquiera”. Y las tardes de los sábados pone patas abajo La 2 en “La mitad invisible”. Hace tres días, en la radio planteó una votación para elegir entre Johann Sebastian Bach y Antonio Molina, pero uno de sus personajes se quejó porque planteaba una comparación desigual y sin sentido: la elección debería estar más compensada y enfrentar a Bach con… ¡La Niña de los Peines! ¿Y en la tele?

En la tele, este sábado “La mitad invisible” estuvo dedicado a “Mortadelo y Filemón”, de Francisco Ibáñez. Otras veces, este espacio que declara estar dedicado a conocer en cada capítulo una obra de arte y a su autor, estuvo dedicado a la novela “Luces de Bohemia” de Valle-Inclán, a la escultura “Magdalena penitente” de Pedro de Mena, o a la obra de teatro “Historia de una escalera” de Buero Vallejo. ¿Qué pinta ahí Ibáñez? Aprendamos de Enrique VI, que se percató de la coincidencia entre la corona y María. No seamos merluzos y vayamos de Bach a Molina, de Mena a Ibáñez, de la tele a la radio. Sigamos los pasos de Ortega que nos enseña cómo se pueden querer tantas cosas a la vez, y no estar locos.

1 comentario:

  1. Ayyyy, "La Mitad Invisible" es genial. Hace tiempo también dedicaron un programa a "La Ardilla Roja" de Médem y estuvo muy bien.

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