Si “House of
Cards” les deja con la boca abierta y el corazón encogido, les recomiendo ver la
miniserie original de la BBC en la que está basada la serie protagonizada por
Kevin Spacey. Francis Urquarth, jefe de grupo del partido conservador británico,
es más inquietante, más clasista, más sutil, más astuto y más cínico que Francis
Underwood, el político del partido demócrata estadounidense que partiendo casi
de la nada política llega a la cima del poder. Cuando Underwood se dirige a los
espectadores, da miedo. Cuando Urquarth nos hace alguna confidencia, siembra
dudas. Underwood puede ser brutal. Urquarth quiere ser un caballero británico.
Los dos son asesinos. Underwood parece a veces un político con inquietudes
sociales. Urquarth cree que su origen social le exige ciertas responsabilidades
con el pueblo, pero nada más. Underwood y Urquarth no son de nuestra especie
porque son, en el peor sentido de la definición, animales políticos. Underwood y
Urquarth pueden reproducirse entre sí en la naturaleza del poder, pero no con
los lectores de este artículo. Que no les confunda la apariencia de Underwood y
de Urquarth. No pertenecen a nuestra especie.
Sin
embargo, la serie italiana “1992” (Canal+ Series), que abre en canal la
relación corrupta entre el poder político y económico que creó Tangentópolis,
está llena de personajes que, sin ser mejores que Underwood y Urquarth, al menos
sí parecen más humanos y menos animalmente políticos. Las dos “House of Cards”
se interesan más por el poder puro y duro que por el dinero, mientras que en
“1992” el dinero, el lujo y la apariencia son partes esenciales del poder.
Bárcenas, Rato y otros espantosos subproductos de la vida política española
podrían ser personajes de “1992”, pero de ninguna manera podrían participar en
las intrigas de “House of Cards”. Así, creo que ustedes y yo podríamos
plantarnos delante de los corruptos políticos de “1992” y decirles cuatro o
cinco verdades porque, en el fondo, pertenecemos a la misma especie, pero me
parece que la confrontación con tipos como Underwood o Urquarth es imposible
porque su mirada impide la reproducción. A la espera de que alguna cadena
televisiva decida producir la serie “House of 1992”, seguiremos atónitos las
aventuras de Underwood, Urquarth y Notte.
Me apunto la italiana, muy buena la versión americana y la inglesa, está ultima más refinada, menos ficción. Cierto que el personaje que hace de guia es un delicia, es pura adicción. Un saludo.
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